Thales Alenia Space liderará desde España el consorcio de un nuevo proyecto basado en los resultados de Promise -del que ya habló Innovaspain hace tres años-. Se trata de Scalable COntroller for Power Sources (Scops), cuya idea es acelerar el liderazgo de la industria europea en cuanto a soluciones en el New Space de pequeños satélites y las megaconstelaciones.
Ángel Álvaro, responsable de I+D de Thales Alenia Space en España, explica en profundidad Scops. “El objetivo que tenía Promise, un proyecto que para finales de este año habrá terminado, era crear una librería de bloques para poder diseñar chips de forma más barata y sin depender de licencias de exportación de EEUU”.
Al hilo de esto, prosigue, “planteándonos dónde nos aprieta el zapato a la industria, hemos encontrado una aplicación: Scops, que a partir de alguno de los bloques de Promise, diseñaremos un chip que servirá de control para fuentes de alimentación modelables y escalables para procesadores”.
Pero ¿cómo serán estos chips? Algo parecido a los teléfonos. Y es que los chips, para funcionar más deprisa, necesitan tensiones más bajas. Antes eran cinco voltios, luego tres, ahora con uno basta. La tensión baja, pero la corriente sube porque se hacen muchas más cosas con el móvil. “Este hecho nos obliga a tener fuentes de alimentación modulares. El problema es que, como se hacen con módulos, se tienen que controlar inteligentemente todos los que haya que ajustar”, especifica.
“Esto es como la famosa carga rápida de los móviles -pone como ejemplo Álvaro-. Se empieza dando cinco voltios, pero si el móvil necesita mucha car da nueve o doce. Ahí hay un problema: los chips inteligentes para control son americanos. O nos salen mucho más caros o tienen licencia de exportación y los usamos solo en las misiones de los estadounidenses. Así que Scops nos permitirá hacer esas fuentes de alimentación de inteligencia de la próxima generación de ordenadores embarcados”.
Diseñar, no copiar y tener costes competitivos
La idea, según Álvaro, es que los chips tengan un coste competitivo para que se puedan comprar de cien en cien o de mil en mil. Típicamente, por poner en contexto, en un satélite normal pueden ir entre cinco o 50 de estos chips.
“Además, una vez que te pones a diseñar, lo haces en el estado del arte, no copiaremos a los americanos. Empleamos técnicas de control modular y escalable. No puedo dar un detalle técnico, pero es un chip que se está investigando mucho”, afirma.
Scops terminará en diciembre del 2026, y el objetivo es tener para esta fecha un prototipo de chip probado y fabricado y terminada la calificación para espacio “casi terminada”. Esto es, que a mediados del 2027 -“como muy tarde”- ya se podrán empezarán a vender.
“Nosotros lideramos el proyecto en España y nos encargamos de los extremos: especificación, requisitos, aplicaciones, hacer un poco la exploración del mercado… En España, nos dedicamos a fabricar ordenadores embarcados, datos avanzados. Estamos en posición de dar esos requisitos porque somos expertos ello. Y luego nos encargaremos de la validación, pruebas de radiación, eléctricas y demás. Además de coordinar todo, claro”, explica.