La tensión política que vive Cataluña no es, por el momento, motivo de alarma para SEAT, al menos en el sentido de tener que paralizar su producción. Pese a que después de la sentencia del Tribunal Supremo la compañía decidió parar un día la producción ante la posibilidad de que no pudieran llegar las piezas debido a los altercados, –especialmente para evitar que los empleados tuvieran que estar ocho horas en la fábrica sin nada que hacer–, su presidente, Lucas De Meo, ha zanjado toda posible polémica aclarando que "no queremos ser un problema que se añada a otro más gordo". De Meo ha remarcado en el Foro de la Nueva Economía que los retos que tiene por delante el sector son lo suficientemente importantes como para "entrar en debates políticos". Uno de ellos es la electrificación.
Este desafío juega un papel clave para alcanzar el objetivo europeo de acabar con el cambio climático. "Los fabricantes podemos producir cientos de miles de vehículos eléctricos, pero necesitamos aproximadamente 800.000 puntos de recarga en España de aquí a 2040 para poder alcanzar los objetivos". Actualmente, en España hay aproximadamente 11.600 gasolineras, por lo que también será necesario incentivar los puntos de carga domésticos y en aparcamientos públicos y privados, así como transformar el modo de consumir movilidad.
Más allá de la necesidad de electrificar la flota de vehículos, Luca De Meo defiende que a corto plazo es fundamental impulsar la renovación del parque de vehículos en España, puesto que actualmente tiene una antigüedad superior a los 12 años que además está subiendo.
El "milagro" de la automoción española
De Meo ha pedido un pacto de Estado para el sector del automóvil en España, una industria que es "un milagro" para el país y que supone un 10% del PIB de España. "Casi dos millones de familias españolas están directa e indirectamente relacionadas con la automoción y somos un 85% más innovadores que la media de la industria nacional".
En cuanto a la importancia de la colaboración entre empresas y entidades públicas, De Meo sostiene que "el nuevo ecosistema de movilidad está integrado por muchos tipos de empresas y administraciones públicas, por lo que debemos fijar un marco estable, homogéneo a todos los niveles, simplificado y comprensible para no confundir a la sociedad".