Sener ha terminado de construir, tras cuatro años y medio, una regasificadora en Dunquerque (Francia). El punto final de su participación en la instalación ha llegado con el desembarco del primer barco con GNL (Gas Natural Licuado) en el muelle del puerto de la ciudad.
“Estamos orgullosos de nuestra contribución en Dunquerque, una de las terminales más seguras, eficientes y fiables del mundo”, afirma Borja Zárraga, director de Power, Oil & Gas de Sener. La instalación cuenta con un muelle de atraque, brazos y tuberías de descarga, tanques de almacenamiento, sistemas para regasificación y emisión de gas, sistema de recuperación, sistema de bombeo de agua de mar para vaporización, sistemas auxiliares y el conjunto de edificios (oficinas, control, seguridad, talleres, etc.) precisos para la operación. Todo rodeado por tres tanques de almacenamiento de gas natural licuado de 190.000 metros cúbicos.
La compañía española no ha estado sola; si bien ha sido una de las líderes del consorcio, “solo” ha llevado a cabo “el desarrollo de toda la ingeniería básica y de detalle, la adquisición de los equipos y las obras de construcción correspondientes a los trabajos de obra civil, edificios, atraque, tuberías de descarga y planta de proceso de regasificación de la central”, puntualizan desde Sener. Además, también han realizado las pruebas de la instalación, como por ejemplo, el citado primer atraque de un barco con GNL. Asimismo, se ha coordinado con los consorcios responsables de los tanques y del túnel de captación de agua de mar para que el gas “pueda ser utilizado en el proceso de vaporización”.
La compañía ya lleva desde 2003 construyendo regasificadoras de almacenamiento de gas natural licuado. “A día de hoy, hemos desarrollado como llave en mano ocho plantas de este tipo, entre las que destacan BBG en España o Gate terminal, en Holanda, todas ellas con un importante despliegue tecnológico y aportación de soluciones propias”, explica Zárraga. Esta última, premiada internacionalmente, ha servido como obra de referencia.