Un equipo de investigadores de la Universidad Federal de São Carlos (Brasil), campus Sorocaba, ha desarrollado una técnica para diagnosticar de forma temprana la esclerosis múltiple, una enfermedad del sistema nervioso central. Sus hallazgos han sido publicados en la revista Ultramicroscopy.
Esta enfermedad está presente en todo el mundo y es una de las enfermedades neurológicas más comunes entre la población de 20 a 30 años. Puede producir síntomas como fatiga, falta de equilibrio, dolor, alteraciones visuales y cognitivas, dificultades del habla o temblores. Puede variar mucho de una persona a otra. No es contagiosa, ni hereditaria, ni mortal. Se da con más frecuencia (más del doble) en mujeres que en hombres. Hasta ahora, no se conoce su causa ni su cura.
Más de 2,3 millones de personas están afectadas por esta enfermedad y, según las estimaciones de los científicos, un 50 % de los pacientes podría morir por causas relacionadas con este padecimiento.
“En este contexto, el diagnóstico es crucial para la definir el tratamiento y el control de la enfermedad, la prevención de las secuelas y el control del proceso patológico”, afirma Jéssica Cristiane Magalhães Ierich, integrante del proyecto.
El grupo de la UFSCar ha desarrollado un nanosensor para el diagnóstico de la EM en etapas tempranas, que puede aumentar las posibilidades de control y tratamiento de la enfermedad. Este nanosensor permite observar la interacción entre los anticuerpos presentes en muestras de pacientes depositadas en un microscopio de fuerza atómica y los péptidos que forman el vaina de mielina.
Un diagnóstifo difícil
El diagnóstico de la EM es complejo. En las personas afectadas con EM, el sistema inmunitario produce anticuerpos que atacan y dañan parte de la capa de vaina de mielina que rodea las neuronas y ayuda a la transmisión de los impulsos nerviosos. Con el tiempo, aparecen lesiones permanentes en regiones del cerebro.
No existe una prueba única para el diagnóstico de la EM. Por lo general se detecta clínicamente, en función de los síntomas informados por el paciente y las imágenes de resonancia magnética que identifican lesiones en ciertas áreas del cerebro. Esta prueba permitiría reducir el costo, a unos 60 dólares por cada prueba, según la investigadora brasileña.
Actualmente están probando algunas muestras de pacientes para detectar este anticuerpo antimicrobiano. “Los resultados mostraron un alto potencial de esta molécula en la indicación de etapas tempranas de la EM, las cuales fueron detectadas por nuestro prototipo de sensor AFM”, añade.
Pese a que los científicos se encuentran aún en fase de prueba, las perspectivas son positivas. “Nuestro equipo multidisciplinario está evaluando todos los futuros pasos de perfeccionamiento y mejoras para que este sensor esté disponible en el mercado lo antes posible”, señala Magalhães.