Siemens ha presentado su primer estudio sobre la digitalización en la actividad económica en España. Con ‘España 4.0 – El reto de la transformación digital de la economía’ la compañía pretende analizar el estado de esta evolución en sectores tan relevantes como las telecomunicaciones, el turismo, la salud, la energía o la industria, entre otros, comparándolos a su vez con países más avanzados en el ámbito de la digitalización, como EEUU, Israel o Japón.
El estudio, elaborado por Roland Berger, demuestra el estado actual de nuestro país: si bien alcanzamos el puesto número catorce en el mundo en cuanto a volumen del Producto Interior Bruto (PIB), solo obtenemos la posición número 45 en lo que respecta al desarrollo de la digitalización. Es por eso que Rosa García, presidenta de Siemens España, alerta que “no podemos dejar pasar la oportunidad de ser actores protagonistas en la transformación digital que vive el mundo. Es el momento. La tecnología está disponible y las condiciones de financiación actuales facilitan la inversión. Espero que este estudio sea un gran salto hacia la España 4.0”.
Todas las empresas colaboradoras de España 4.0 coinciden en que la transformación digital “ofrece beneficios tanto cuantitativos, en los resultados económicos de las compañías (gracias a la mejora de la cifra de negocios y la optimización de costes, que pueden bajar hasta un 20%), como cualitativos, por el impacto en el nivel de bienestar de sus empleados”, explican en el estudio. Del mismo modo, el informe estima que, a nivel macroeconómico, la digitalización podría implicar “un incremento de 120.000 millones de euros sobre el VAB (Valor Añadido Bruto) en 2025 en los sectores analizados”, unas cifras que solo aprovechan los dos sectores que mayor madurez digital tienen: las telecos e Internet.
Asimismo, García considera que el fenómeno de la digitalización ha revolucionado todos los ámbitos de la vida. Afirma que en algunos sectores como la banca o el turismo, ha causado un auténtico terremoto. “Y esto no ha hecho más que empezar. Desde hace años insto a propios y a extraños a que nos preguntemos qué modelo de país queremos ser: ¿un país casi exclusivamente de servicios? ¿O una economía sólida, competitiva, diversificada y basada en el talento, la tecnología y el conocimiento?”, se pregunta.
Parece que Juan Rosell, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), tiene la respuesta: "de las decisiones que adoptemos a nivel nacional y europeo en el corto plazo, dependerá que nuestras empresas se sitúen del lado de los que están, porque aquellos países que no impulsen su proceso de digitalización no estarán, ni contarán en el círculo de las inversiones, del progreso y de la creación de riqueza".
Ante posibles dudas, España 4.0 también identifica y analiza los principales obstáculos con los que se encuentran las empresas a la hora de abordar un impulso digital definitivo que mejore su rentabilidad y eficiencia. La resistencia al cambio es uno de factores más importantes, según un elevado porcentaje de los directivos y consejeros consultados, así como los costes que exige el proceso de transformación. La falta de competencias y la ausencia de una oferta adaptada al mercado, son otros de los aspectos más señalados.
Por ello, en el estudio también se muestran datos que parece que tienen que ver más con la educación digital que con la posible digitalización. Solo un 38% de las empresas cuentan con una estrategia digital formalizada, y un 26% todavía no tienen un responsable del área digital. De hecho, la falta de apuesta por el desarrollo de lo digital es especialmente manifiesta en la formación a los empleados, ya que “el 20% no realiza ningún tipo de formación digital y, del 62% de las empresas que sí lo han ofrecido, solo se han beneficiado de ella el 60% de los empleados”.