EnergyLab actúa como coordinador técnico en un proyecto que promete modernizar el sector avícola. Se trata de Simbav, una iniciativa en la que las gallinas de las granjas podrían modernizarse gracias a diferentes procesos de digitalización que, además de controlar la eficiencia energética del lugar, aumente el bienestar animal en este tipo de explotación campestre. Una «simbiosis» que reduzca el consumo de energía y agua y aproveche biorresiduos generados por las gallinas.
En primer lugar, Simbav —que está coordinado por la Fundación Empresa Universidad Gallega (Feuga)— pretende valorizar las deyecciones de pollinaza, los excrementos de estas vez, y otros residuos como restos de poda de vides para aprovecharlos energéticamente como biocombustibles y biofertilizantes. Y, tras este aprovechamiento, trabajar en la parte de digitalización.
Sobre esta, en la presentación del proyecto se cuenta que el objetivo es «mejorar las condiciones de bienestar animal y los consumos ligados a dichas condiciones, para implantar un sistema de gestión inteligente que facilite la toma de decisiones en las explotaciones avícolas». Y, ya en tercer lugar, cabe destacar la intención de llevar a cabo procesos de economía circular para reducir el impacto medioambiental asociado a la producción mediante la disminución de demanda de recursos vinculados al consumo de energía y agua.
«La estrategia completa será evaluada mediante la metodología de Análisis de Ciclo de Vida, que permitirá cuantificar de manera objetiva el desempeño ambiental de las soluciones propuestas, y desde el punto de vista técnico económico, lo que permitirá determinar la viabilidad de su introducción en las actividades del sector», asegura el dossier.
Objetivos específicos
Entre otros objetivos específicos se encuentra mejorar el bienestar animal de las gallinas y reducir la mortandad animal en al menos un 1% mediante la adopción de un sistema de gestión inteligente; recuperar al menos el 50% de la energía térmica de los biocombustibles con la optimización del sistema de combustión para su uso en el sector avícola; o recuperar al menos el 70% de la energía térmica de los biocombustibles con la optimización del proceso de gasificación.
Además, con Simbav se quiere reducir entre un 20-50% en el consumo de agua de red de la explotación, implantando medidas que actúen sobre las actividades que demandan un mayor volumen de este recurso; evaluar el porcentaje de ahorro en los costes energéticos globales con la solución propuesta en el proyecto; y determinar el perfil ambiental y viabilidad técnico-económica de la implementación de las acciones digitalización de economía circular.
Tendrán tres años para hacerlo —contando desde 2024—, si bien ya han comenzado digitalizando granjas mediante sensores e implementando algoritmos predictivos para detectar enfermedades en las gallinas. También con sistemas de secado y combustión y gasificación de la pollina antes mencionada para obtener biocombustibles.