Simloc Research es una compañía española de aviación que fabrica y desarrolla simuladores para el entrenamiento de pilotos. Es una empresa de pequeñas dimensiones, al contrario que las de este sector, que tienen entre sus filas a muchos empleados. La gran diferencia entre ellas es la fabricación: su desarrollo es completamente “made in Spain”, el desarrollo es integral; tanto el hardware como el software del simulador ha sido completamente desarrollado por Simloc, al igual que los recursos financieros, que proceden de España.
“Esto nos permite optimizar tanto los recursos como el sistema de producción para llegar a un grado de satisfacción de producto óptimo”, informan fuentes de la compañía. Básicamente, su producto sirve para que los pilotos entrenen con un coste pequeño. El único problema reside en la certificación, algo que otros simuladores (que valen millones de euros) les aumenta el precio final. Pero no tener certificación no es lo que abarata totalmente el producto. En Simloc Research simplifican la gestión y optimizan los recursos aprovechando toda la tecnología que está a su alcance, que hoy en día es mucha.
Un simulador certificado es como un avión. “Tienen su matrícula y te validan las horas de vuelo. Nosotros lo que hacemos es ofrece un entrenamiento recurrente que hacen todos los pilotos sin necesidad de utilizar estos simuladores tan caros, ya que el nuestro hace lo mismo que todos los demás”, aclaran. La certificación es un proceso muy caro, con largos requisitos formales y burocráticos que encarecen el producto final, si bien, aseguran que “en un futuro no muy lejano” crearán simuladores con licencia oficial. De hecho, ya han creado uno, a petición de un cliente, que sí está titulado por AESA, la institución oficial que otorga estos títulos.
Los pilotos necesitan entrenamiento para mantener su licencia, y los productos de Simloc lo permiten. Utilizan, por ejemplo, doce horas de entrenamiento con el simulador y después “vuelan” dos horas en otro que esté certificado. Una hora de vuelo con la compañía española puede valer 120 euros y con otro puede costar 700. Además, ofrecen instructores oficiales y especializados para aquellos que quieran aprender a volar o que se estén preparando unas oposiciones.
“Estamos dando cursos para convocatorias de las grandes líneas. No tenemos contrato con ellas (porque no es nuestro estilo), pero sí acuden muchos pilotos de las compañías más famosas de España”, explican. De momento, solo operan en España, aunque han vendido en diferentes país. En un futuro, vislumbran incursiones en países árabes, en Latinoamérica o más concretamente en Alemania.