En la primera década de siglo la tasa de ejecución en políticas de I+D+I rondaba el 90 por ciento. Desde 2009, cuando se registró el nivel máximo de inversión efectivamente ejecutada (8.476 millones de euros, un 81,6 por ciento de lo presupuestado ese año), se han venido desplomando tanto los presupuestos asignados a I+D+I, como su aplicación efectiva, acumulando caídas del 33 por ciento y de 35 puntos porcentuales, respectivamente.
Así hemos llegado al a situación actual. El sector público estatal español solo invirtió en 2018 uno de cada dos euros del presupuesto disponible para I+D+I, según datos publicados el pasado viernes por la Intervención General del Estado (IGAE). De los 7.003 millones de euros previstos, se ejecutaron de forma efectiva 3.278, el 46,8 por ciento.
Esta tasa de ejecución presupuestaria es la segunda menor desde que se empezó a registrar el dato, en 2000. El peor registro corresponde a 2017 (46,6 %). Las dos décimas de subida (que se traducen en 238 millones de euros) del año pasado suponen, de hecho, la primera mejoría desde 2013, señalan desde Cotec.
Hay que señalar que el sector público estatal engloba a la Administración General del Estado (AGE), los organismos autónomos, las agencias estatales y otras entidades con presupuesto de gastos limitativos.
Gasto financiero y no financiero
De acuerdo al análisis que desde Cotec se hace de estos datos, el decreciente grado de ejecución de la política de I+D+I en España se ha producido de manera paralela a la progresiva inclinación del Presupuesto en los últimos años hacia el gasto financiero (capítulo 8) en detrimento del gasto no financiero (capítulos 1 a 7), que aglutinan transferencias corrientes, inversiones reales, gastos de personal, gastos de capital, gastos corrientes y subvenciones.
En 2018, el 90,5 % del presupuesto para I+D+I no ejecutado se concentró de nuevo en el capítulo 8. El gasto financiero concentró cerca del 60 % del total del presupuesto para I+D+I, 10 puntos porcentuales más que en 2008. Por contra, su tasa de ejecución fue del 19,7 %, muy por debajo del 80 % de 2008, y sin embargo un punto y medio por encima del 18,1 % del año previo.
La tasa de ejecución del gasto no financiero (capítulos 1 a 7) se redujo, por su parte, de 88,6 a 87,4 %. “Este leve retroceso no se tradujo en una reducción de lo efectivamente ejecutado, gracias a que la asignación presupuestaria fue mayor; de hecho, se ejecutaron 129 millones de euros más que en 2017”, explican Cotec.
La I+D+I es, con una diferencia significativa, una de las partidas que menor tasa de ejecución presupuestaria registra entre todas las políticas del sector público estatal, solo por detrás de Comercio, Turismo y Pymes (43,4 %).
En el otro extremo de la tabla, con tasas por encima del 90 por ciento de su presupuesto ejecutado, aparecen las políticas de Pensiones, Defensa, Justicia y Seguridad ciudadana.