Según datos de la Asociación Española de Pediatría, la salud mental de niños y jóvenes se ha deteriorado en los últimos años. "La pandemia ha provocado un aumento de hasta el 47 % en los trastornos de salud mental de los menores y los episodios de ansiedad, autolesiones o estrés… se han disparado". Esta realidad constatada por el colectivo médico, tiene un impacto directo en los centros educativos, que han tenido que activar protocolos ante situaciones que se detectaban demasiado tarde.
Así, desde la reincorporación. las aulas en e curso 2020- 2021, la educación emocional se ha convertido en la competencia más demandada por el profesorado, con el objetivo de generar un entorno adecuado para la progresión académica y personal de cada uno de sus alumnos y alumnas, mejorando las relaciones entre ellos y reduciendo el acoso escolar.
Para dar respuesta a la actual preocupación del profesorado y de los equipos directivos de colegios y escuelas, SM Educamos ha lanzado Clima Emocional: una solución educativa que pretende hacer aflorar la realidad silenciosa de las aulas. “Con ella, ponemos la tecnología al servicio de los docentes, que tendrán un apoyo para anticipar la detección del problema, pudiendo atajarlo mucho antes", señala Roberto Benito, director de SM Educamos, el ecosistema educativo digital de SM.
"Se trata de una propuesta digital que facilita a niños y jóvenes la posibilidad de expresar su estado emocional y, si lo necesitan, poder aportar toda la información que ayude a su tutor y profesores a entender lo que le ocurre. Una herramienta para facilitar la conversación y adelantarnos a posibles problemas, que en los primeros días de lanzamiento ya ha sido implementada por un centenar de colegios”, explica Benito.
Estado emocional de las aulas españolas
Más de 1200 centros educativos de España utilizan a día de hoy el entorno de gestión escolar SM Educamos, en el que se integra Clima emocional. Se trata de una herramienta pionera en la gestión centralizada del centro, que oferce una comunicación fluida con las familias y un aprendizaje flexible, personalizado e innovador al alumnado. Este ecosistema internacional que responde a los retos actuales de la escuela se centra ahora en el cuidado el bienestar emocional del alumnado, visibilizando situaciones de vulnerabilidad. Con una pregunta sencilla y directa: “Hola, ¿cómo estás?”, los estudiantes pueden describir cómo se sienten según una escala de emociones basada en los emoticonos de las caras, imágenes que usan en su día a día para comunicarse, para facilitar así la expresión de su estado anímico.
Ante los distintos estados emocionales a gestionar, el sistema le propone al alumno, si lo desea, que pueda contar más a los interesados del centro (tutor, orientador, dirección…). Esta información es acumulada en forma de trazabilidad y expuesta a los interesados con gráficos y tablas que proporcionan herramientas para el necesario seguimiento. De esta manera, el profesorado puede hacerse un mapa de la realidad emocional de su aula, mientras ve la tendencia de evolución, ofreciéndole información para detectar situaciones emocionales complejas y delicadas con pasos sencillos y rápidos.
“Humanizamos la tecnología para ponerla al servicio de las personas y aprovechamos todo su potencial a través de la cultura del dato para construir soluciones que mejoren la escuela. Nuestro ecosistema educativo digital da respuesta a uno de los desafíos más urgentes de la escuela: el cuidado del bienestar de niños y jóvenes”, concluye Benito.