"Las ciudades son algo más que la suma de sus infraestructuras; de hecho, trascienden los ladrillos, el cemento y el acero. Son los recipientes donde se conserva el conocimiento humano". Con estas palabras, el célebre escritor estadounidense Rick Yancey le daba un significado especial a la ciudad. Con el paso de los años, la situación no ha cambiado; de hecho, el ser humano está llevando los edificios y las viviendas privadas a un nivel nunca visto. Por esta razón, hoy en día se habla cada vez más de metrópolis futuristas o, mejor aún, de smart cities.
Según Power Systems Design, a finales de 2023 las inversiones para lograr que las ciudades sean inteligentes o smart superaron el billón de euros. Pero eso no es todo, en los próximos 9 años se espera que este mismo mercado crezca y alcance los 12 billones (+1100%). Pero ¿qué países invertirán más en este objetivo? Según especifica LinkedIn, a la cabeza están Estados Unidos y Canadá, que controlan el 30% del mercado total. Sin embargo, el crecimiento más relevante se producirá en China que incrementará sus inversiones estratégicas en un 35%. ¿Y en Europa? Se sigue de cerca a las potencias de ultramar con una cuota del 25% del total. Más rezagados en este ranking se encuentran los países de América Latina y África, que hasta la fecha son únicamente economías en desarrollo.
Otra pregunta, quizás aún más importante es la siguiente: ¿cuáles serán las tendencias más sorprendentes en las ciudades inteligentes de futuro? StartUs Insights ofrece indicaciones más precisas sobre esto y enfoca su atención en la “seguridad pública digital”, es decir, en el uso de big data e inteligencia artificial para mejorar la seguridad pública en las ciudades del futuro. ¿Cómo? Instalando sistemas de vigilancia que permitan mapear las zonas donde ocurren accidentes y crímenes.
De la seguridad pública de última generación, pasamos a los “ascensores inteligentes”, que, según PR Newswire, serán uno de los elementos distintivos de las smart cities. Las principales razones las explicas Giovanni Lorino, director general de KONE Italy & Iberica:“El ascensor no es una simple herramienta que se desplaza en sentido vertical dentro de un edificio para transportar personas y mercancías. Al contrario, se ha convertido en un elemento altamente innovador que contribuye a hacer que los edificios y, por ende, las ciudades donde se encuentran sean inteligentes y sostenibles. Tomemos como ejemplo los ascensores KONE DX, con conectividad integrada. Con ellos, es posible llamar al ascensor con una simple aplicación en el smartphone, o bien integrarlo con el interfono o el portón automático, reduciendo los tiempos de reserva y espera. También es posible permitir que un robot tome el ascensor de forma autónoma sin intervención humana para la entrega de pequeños objetos dentro de una estructura. Además, nuestros equipos de última generación contribuyen a hacer que los edificios sean sostenibles, reduciendo el desperdicio y limitando las emisiones de carbono, gracias también a soluciones de recuperación de energía mediante accionamientos regenerativos. Y no olvidemos el mantenimiento predictivo, que permite identificar fallos antes de que ocurran averías, en beneficio de la seguridad y la tranquilidad de los usuarios y del mantenimiento de los mejores niveles de eficiencia. Personalmente, no puedo imaginarme una ciudad dentro de 20 o 30 años con edificios que no cuenten con ascensores de última generación”.
Siguiendo las palabras de Giovanni Lorino, también destacan otras tendencias sorprendentes de las smart cities. StartUs Insights resalta la denominada “gestión avanzada del agua”. Gracias a los datos en la nube y a sensores futuristas, es posible no solo controlar la calidad del agua, sino también proporcionar a cada ciudadano o familia datos y métricas útiles para cuantificar su consumo de H2O y, por lo tanto, responsabilizar los posibles comportamientos incorrectos para gestionar de la mejor manera las fuentes de agua disponibles. También se habla de gestión avanzada en relación con los residuos que, en las ciudades del mañana, serán identificados y reciclados de la mejor manera posible por robots equipados con inteligencia artificial.