Lo anticipaba Tom Selva, CEO de Smart Point, en lo más duro de la pandemia, hace tres años: «En los próximos 5-15 años, todos los edificios tendrán un punto inteligente». Lo cierto es que será más pronto que tarde, según los datos aportados por la propia compañía. Ya está presente en cinco ciudades españolas (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Girona) y otros tantos países europeos (Portugal, Dinamarca, Países Bajos, Alemania y Reino Unido).
«Hemos pasado de ser una solución de taquillas inteligentes para edificios de gran éxito en toda Europa a un elemento imprescindible para las ciudades inteligentes, decididas en hacer frente al cambio climático, la contaminación y el tráfico en las zonas urbanas», reflexiona orgulloso Selva sobre la evolución de Smart Point. Por algo ha pasado de startup a scale-up en tiempo récord. Recientemente ha cerrado una ronda de financiación que valora la compañía en 40 millones de euros y que incluye una inversión de EIT Urban Mobility, iniciativa de la Unión Europea.
Con un total de 5.040 taquillas disponibles, Smart Point, centrada en mejorar la logística y la entrega de última milla utilizando soluciones de taquillas inteligentes, ha optado por ubicaciones más cercanas al consumidor, a una distancia ideal de 50 metros en las zonas más pobladas de Madrid. En los dos primeros meses de funcionamiento, el nuevo sistema en Madrid ha registrado 4.400 usuarios, con más de 3.900 envíos gestionados a Smart Points a pie de calle. Su sistema universal permite a todas las empresas de mensajería entregar los envíos en un Smart Point, junto al que pueden aparcar en zonas designadas, y evitar las emisiones asociadas a las entregas fallidas.
Pese al éxito reciente, la empresa no pierde el foco de su propósito inicial: proporcionar soluciones de entrega inteligente mediante la implementación de infraestructuras públicas críticas de taquillas inteligentes. Selva asegura que se continúan evolucionando con múltiples patentes de hardware y software propias. «Estamos innovando aún más, colaborando con empresas de mensajería para desplegar vehículos eléctricos especialmente diseñados que puedan ofrecer soluciones con menos vehículos y más eficientes para las ciudades».
El producto ha sido diseñado para reducir las emisiones asociadas con las entregas de comercio electrónico y adaptado para apoyar a los comercios de proximidad permitiendo la entrega kilómetro cero de sus productos y servicios más allá de sus tiendas locales a múltiples puntos de distribución de la ciudad. El valor innovador clave de la taquilla Smart Point es que es universal, y utilizable por cualquier mensajero, así como por pequeños comercios.
Gracias al diseño interno tanto del hardware como del software, ha conseguido crear la mejor solución de taquillas de su clase, que además es fácilmente adaptable a diferentes requisitos e innovaciones y cuenta con la certificación EPD de ‘Net Zero’, lo que significa que las emisiones evitadas gracias a su uso y operativa superan las emisiones de CO2 liberadas a la atmósfera por su fabricación.