Un silla automatizada para que personas con movilidad reducida puedan entrar y salir de la bañera sin dificultades (y sin verse obligadas a instalar un plato de ducha) ha sido la idea ganadora en la primera edición de TECHMI Comunidad de Madrid.
El concurso fue lanzado por el programa Mujer e Ingeniería, de la Real Academia de Ingeniería (RAI), con el apoyo de la Dirección General de la Comunidad de Madrid para fomentar las vocaciones STEM entre los jóvenes estudiantes y con el foco puesto con mayor intensidad en las chicas.
El equipo WEIFI -María, Paula, Marta, Sara, María, Lucía, y José- del Colegio Valdefuentes se hizo con el primer premio –un viaje al CERN- tras convencer al jurado, compuesto por Antonio Colino, secretario general de la RAI; María Vallet, académica de la RAI; Paula Gómez-Angulo, directora general de la Mujer de la Comunidad de Madrid y Sara Gómez, directora del programa Mujer e Ingeniería, quien admitió que sólo por las enriquecedoras interacciones que se han producido con los colegios el proyecto merece la pena.
Como explicaba Javier Pérez de Vargas, director gerente de la RAI, desde que en enero abriera su primera convocatoria, TECHMI ha involucrado a 18 centros y a casi 400 alumnos, chicas en su mayoría. Los colegios recibieron un KIT TECHMI sobre el que trabajar en una idea innovadora y con una función social. El jurado también tendría en cuenta la calidad de la exposición del proyecto por parte de los estudiantes.
Un kit con el que, según Sara Gómez, “han hecho milagros”, y aunque “la ingeniería es magia”, la también formadora ha llamado la atención sobre el preocupante déficit de ingenieros. “UNICEF cifra en 303 los millones de niños que no están escolarizados, algo que merma sus posibilidades de desarrollo profesional y personal… Vosotros, que habéis caído en el lado bueno, tenéis que comprometeros”, advertía Gómez a los estudiantes que poblaban el auditorio de Caixa Fórum. “Sois el futuro y necesitamos el motor de los ingenieros. Una sociedad sin ingeniería y sin ciencia es una sociedad sin proyecto”.
El segundo premio fue a parar al Colegio Santa María de las Rozas. El equipo En-Galán-a2 ha desarrollado una canaleta automática para la práctica de la boccia, un deporte de rango paraolímpico, inclusivo, pero que en la categoría BC3 precisa de la colaboración de un asistente en los movimientos de la canaleta. Con el sistema aplicado por los estudiantes, los deportistas ganan en independencia y el juego, en ritmo.
El trabajo de estos estudiantes se alinea con la visión de Antonio Colino, secretario general de la RAI, que destacó que la ingeniería piensa, sobre todo, en las personas. “Una de las funciones de la RAI es asesorar al Gobierno al más alto nivel; y hoy les digo que las mujeres no quieren estudiar ingeniería. Hay que hacer algo”, apuntaba Colino, que comparaba el 54% de cuota femenina en la universidad española frente a menos de un 25% de mujeres en las facultades de ingeniería. “Aunque es un problema de muchos países, en España se ha tendido a pensar que somos unos cabezas cuadradas, pero quien ha hecho que la esperanza de vida aumente han sido los ingenieros, los hospitales no funcionarían sin ingenieros y los diez puestos de trabajo más demandados son técnicos de ingeniería. Claro que necesitaremos médicos y filósofos, pero India o China paren 400 mil ingenieros al año; no podemos quedarnos atrás”.
El tercer premio fue para el equipo INDIMA, del Colegio Institución Divino Maestro. Para favorecer la estimulación cognitiva de ancianos con demencia o alzhéimer, han diseñado un robot que premia la asociación correcta de estados de ánimo y expresiones dibujadas en distintas tarjetas. Para animarse durante el proceso, compusieron junto a su profesora un rap: “Soy mujer, soy ingeniera, y puedo hacer lo que yo quiera”.
TECHMI encaja en su filosofía con las intenciones expuestas por Teresa Riesgo, directora general de Investigación, Desarrollo e Innovación que afirmó que la política del nuevo gobierno central será llevar la ingeniería y la ciencia a la calle “para que la gente entienda algunos principios básicos y aprecie el trabajo de quienes está detrás de estos avances”. Un cambio cultural “para, por ejemplo, empezar a erradicar lacras como la pseudociencia”, añadía Riesgo.
Miriam Rabanera, viceconsejera de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid aseguraba que aunque en la región apuestan por el liderazgo femenino, el Instituto de la Mujer cifra en menos de un 15% las mujeres en algunas ingenierías como Informática. “Si 48 de cada 100 trabajadores es mujer en la Comunidad de Madrid (cinco puntos por encima de la tasa laboral nacional) es fruto, en buena medida, de la educación en valores de igualdad y respeto que se transmite en las aulas desde edades muy tempranas”.