Con el objetivo de fomentar las vocaciones STEM entre las jóvenes estudiantes, la IV edición de Ciencia y Tecnología en Femenino se desarrolla estos días en los parques científicos de APTE. Uno de los enclaves donde están teniendo lugar distintas iniciativas es el Parque Científico de la Universidad Carlos III de Madrid. Además de una exposición que recoge y visibiliza el trabajo de referentes femeninos presentes y futuros, la institución celebró ayer una mesa redonda en la que participó Sonia Sánchez, investigadora y profesora del departamento de Mecánica de Medios Continuos y Teoría de Estructuras en la propia UC3M.
En su intervención, Sonia Sánchez reconocía echar de menos una mayor presencia masculina en este tipo de debates. “No sólo es importante fomentar vocaciones STEM. Una vez que las jóvenes se decantan por la ciencia o la tecnología ha de producirse su inserción en el mercado laboral dentro de áreas donde la presencia mayoritaria es aún masculina”. Para la investigadora, es importante que los hombres visualicen el problema para que tomen conciencia real de lo que pueden aportar.
La Agenda 2030 y salir al exterior
Con la mirada fija en su actividad, Sonia Sánchez admitía que la Agenda 2030 marca el paso y el enfoque de la mayoría de las investigaciones. En su caso, estudia el comportamiento de ciertas aplicaciones, como las vinculadas a la aeronáutica o los aerogeneradores. “La Agenda 2030 pone de manifiesto la necesidad de una mayor conciencia medioambiental y un creciente interés por dar con soluciones que lleven a una reducción de las emisiones de CO2”.
Estas implicaciones han llevado a que Sonia Sánchez trabaje, por ejemplo, en el desarrollo de ecoestructuras fabricadas con materiales naturales, renovables y, “sobre todo”, reciclables. La finalidad es contribuir a mejorar las condiciones medioambientales. “Hemos estudiado la pala de los aerogeneradores, cuyo núcleo está compuesto por espigas de poliuretano no reciclables. Conseguimos sustituirlas por corcho aglomerado, derivado de los residuos de la industria. Pequeños trozos de corcho que son mezclados con resina reciclable”.
Sonia Sánchez reconoce que, al menos en el terreno de la ingeniería civil española, las últimas crisis han hecho mucho daño. Desequilibrios que han acrecentado determinadas brechas, incluida la de género. “El foco del trabajo de la gran obra pública ahora está fuera de España. El rol de género de la mujer -cuidadora de hijos y familiares- dificulta que fije su residencia en el extranjero. Si a esto unimos que en muchos países donde la ingeniería civil vive un buen momento la mujer que trabaja no está bien vista, el problema se agrava. Son sectores donde convendría hacer un esfuerzo aún mayor para lograr un mínimo de igualdad”.