Los organizadores de South Summit tuvieron claro desde el primer momento que, si esta plataforma de desarrollo de negocio se expandía alguna vez fuera de España, sería en América Latina y, más concretamente, de la mano de Alianza del Pacífico. Se trata de conectar Latam con Europa, “las regiones que registran un mayor crecimiento en el ecosistema innovador”, en palabras de María Benjumea, fundadora de Spain Startup-Summit.
Después de tres ediciones en Madrid, ese momento ha llegado y se materializará el 30 de noviembre y el 1 de diciembre, en Bogotá, con la celebración del encuentro South Summit-Alianza del Pacífico, un evento para conectar a “inversores, grandes corporaciones y startups”, tal y como ha señalado el embajador de Colombia, Alberto Furmanski, ayer, en la presentación de estas jornadas. Su país ocupa la presidencia pro tempore de una red que también incluye a Chile, Perú y México, y que “siempre se ha distinguido por su carácter dinámico y de resultados concretos en materia de integración”. No en vano, los cuatro países juntos suponen la octava economía mundial.
South Summit-Alianza del Pacífico, en cuya organización también trabaja IE University, se celebrará en el marco del Héroes Fest, el encuentro de emprendimiento más importante de Colombia. Cuenta, además, con la colaboración de Ferrovial, BBVA y Gas Natural. Aunque estarán presentes entidades como ICEX o CDTI, no habrá una participación expresa del Gobierno de España. Benjumea ha señalado que “hay mucho interés por este tema” en la Administración del Estado, pero cree que “necesitamos dar un paso adelante” para “convencernos” de la importancia de la innovación desde las entidades públicas.
Nombres propios
Ya se han registrado más de 5.200 personas a un evento al que asistirán más de 100 líderes de innovación (desde la diseñadora española Agatha Ruiz de Prada; al CEO de Cabify, Juan de Antonio; pasando por el fundador de Room Mate Hotels, Kike Sarasola) y 70 inversores no solo de Europa y de Latam, sino también de Japón, Israel, Estados Unidos y otras partes del mundo. En este caso hay que destacar a Oskar Miel, managing partner & investments executive officer de Rakuten Capital –el brazo inversor del gigante tecnológico conocido como el Amazón japonés–, que viene con una cartera de inversión de más de 200 millones de euros.
Además, de entre los más de 600 proyectos procedentes de los distintos países de la Alianza del Pacífico, se han seleccionado 40 startups (diez de Perú, diez de Colombia, nueve de México y once de Chile) que competirán para convertirse en la ganadora final o conseguir la distinciones previstas en las categorías de más disruptiva, más escalable y mejor equipo. Los elegidos obtendrán una aceleración en el Área 31 del IE University, así como visibilidad y acceso a los actores del ecosistema emprendedor.
Se incluirá, por primera vez en la historia de South Summit, un Corporate Forum, es decir, una zona para dar cabida a representantes de las compañías internacionales, como Federico Flórez, CIIO de Ferrovial; Óscar Cabrera, presidente ejecutivo de BBVA en Colombia, o Jacobo Regojo, director de Innovación en Centroamérica y Caribe de Gas Natural. El presupuesto con el que cuenta este encuentro ronda los 800.000 euros.
Estimular el emprendimiento
En la presentación de South Summit-Alianza del Pacífico, celebrada ayer en la Embajada de Colombia en España, se ha contado también con la presencia de los embajadores de Chile y Perú, Jorge Tagle y José Antonio García, respectivamente, así como con un representante de la Embajada de México, Iván Sosa. Todos ellos han destacado las posibilidades de “generar contactos y negocios” en un encuentro de estas características, tal y como ha afirmado Tagle.
Se trata, ha dicho Furmanski, de aprovechar la “experiencia” de tres años de South Summit en Madrid para trasladar ese potencial a Latinoamérica. Según José Antonio García, resulta crucial “estimular la aparición de startups” en unos países donde no existe tanta cultura del emprendimiento como en otras partes del mundo. Y todo ello mostrando proyectos que se apoyan en “realidades muy particulares de cada país”.