Con motivo de la celebración del VIII Simposium Felipe Segovia, que reunió en Madrid a más de 1.000 profesores de los Colegios Internacionales SEK y de la Universidad Camilo José Cela, Innovaspain ha conversado con Stephen Heppell, director de la Cátedra Felipe Segovia de Innovación para el Aprendizaje de la Universidad Camilo José Cela.
Valorar los nuevos roles del profesor, recibir formación constante en modelos de aprendizaje y fundamentar las iniciativas docentes en casos reales son algunas de las conclusiones extraídas del congreso. A este respecto, Heppell reconoce no tener del todo claro si “deberíamos dar a los profesores más formación o quizás también más libertad”.
“Si todos los maestros y todas las escuelas fueran iguales, desperdiciaríamos la rica variedad de nuestros niños y no resolveríamos los muchos problemas nuevos que surgen en este milenio”. En este escenario, el experto en innovación y aprendizaje asegura que “necesitamos que nuestros maestros sean variados, incluso un poco excéntricos a veces, y que brinden a los niños experiencias de aprendizaje ricas y memorables”.
Itinerarios personalizados: el valor de la diversidad
“La personalización importa pero también pertenecer a un grupo”. Una salvedad que Heppell hace antes de poner en valor “la diversidad rica, competitiva y personalizada para el aprendizaje”.
Una diversidad que reconoce “especial” en el caso de España. “Recuerdo que en mis primeros años de enseñanza, desarrollamos algunas partes del plan de estudios para y con nuestra comunidad local y nuestros padres locales. Tuvo un gran éxito, pero todos quedaron devastados cuando el gobierno intentó imponer un modelo nacional uniforme. Si todos los restaurantes tuvieran un menú idéntico, España sería un lugar terrible (¡como lo es la comida en Inglaterra!)”, lamenta.
Heppell asegura que en la sociedad actual “se requieren personas resilientes y que puedan adoptar múltiples enfoques para los problemas. Necesitamos valorar esas variaciones”. “Si todos los maestros y todas las escuelas fueran iguales, desperdiciaríamos la rica variedad de nuestros niños y nuestros profesores y no resolveríamos los muchos problemas nuevos que surgen en este milenio”, añade.
Digitalización y emprendimiento
Si, como se señala en las conclusiones del simposium, la ubicuidad de la tecnología digital impone la transformación de los espacios de aprendizaje, “se debe proveer a los alumnos de herramientas para que ellos mismos sean agentes del cambio”. Una digitalización que para el director de la Cátedra Felipe Segovia también afecta al rol del profesor.
“Las computadoras son muy buenas recordando, haciendo lo que se les dice, siendo consistentes, repetitivas y en sistemas basados en reglas. Si preparamos a los niños para que sean buenos en la mayoría de estas cosas, estarán desempleados. Por su parte, las personas son buenas en el ingenio y la creatividad, en la colaboración, en el juego y la aventura, y en la comprensión profunda. Los maestros han de centrarse en ayudar a los niños a ser buenos en esta segunda lista y no en la primera, afirma Heppell.
En lo que respecta al emprendimiento, definido como un “eje transversal necesario”, los participantes en el simposium defendieron la necesidad de “utilizar la tecnología para ir de la mano de empresas y emprendedores y que los alumnos lleguen con garantías al mercado laboral”. “Hemos de perder el miedo al fracaso, – actitud necesaria en el emprendedor- e inculcarlo”, concluyeron.