Sugata Mitra (TED Prize 2013): “Tenemos que preparar a los niños no para nuestro pasado, sino para su futuro”

Experto en innovación educativa, es asesor en diversas universidades, fundaciones y empresas por todo el planeta. Fue el invitado estrella en la presentación de la última investigación del proyecto Educación Conectada, de BBVA y Fad
Modelos híbridos, competencias digitales y reducción de brechas sociales, principales conclusiones de la investigación impulsada por BBVA y Fad.
Modelos híbridos, competencias digitales y reducción de brechas sociales, principales conclusiones de la investigación impulsada por BBVA y Fad.

La gran disrupción de Sugata Mitra fue instalar en 1999 un ordenador en un quiosco en el hueco de una pared en Nueva Delhi. Dejó así libre acceso a que los niños utilizasen una computadora. Desde ese experimento, denominado Hole in the Wall o HIW (El Agujero en la Pared por sus siglas en inglés), han pasado más de dos décadas en las que el ex profesor de la Universidad de Newcastle y actual asesor en multitud de universidades, empresas y fundaciones por todo el mundo sigue observando y analizando los profundos cambios en la educación.

Mitra participó el pasado 12 de enero en la presentación de los resultados de una investigación del proyecto educativo Educación Conectada de BBVA y la Fad. Centrada en la adaptación del sistema educativo a la cultura digital, el experto en innovación educativa fue contundente en sus argumentos.

Durante sus respuestas en la entrevista que concedió, esbozó la educación del futuro desde una perspectiva conceptual. “Tenemos que preparar a los niños no para nuestro pasado sino para su futuro”, encomendó. Ese futuro (ya presente) está “lleno de incertidumbre, cambios rápidos y tecnología”. Y es donde deberían formarse los estudiantes de hoy: en la que llamó “la ciencia de la incertidumbre”. Por si quedaban dudas, la pandemia acabó de disiparlas imponiendo los que Mitra acuña como “fenómenos emergentes”.

Al docente, por tanto, no se le puede dejar atrás. Los profesores, “el corazón del sistema educativo” siguen siendo igual de necesarios aunque su rol cambie. A preguntas de la periodista de El País, Ana Torres, vaticinó el fin de las clases magistrales en pos de una enseñanza basada en preguntas. “Puedes decir: ‘¿por qué todo cae hacia abajo? En lugar de afirmar que todo cae hacia abajo’. Ahí está la diferencia”.

Foto de familia al final del evento de presentación del informe impulsado por BBVA y Fad, con la ministra de Educación y FP, Pilar Alegría (tercera por la derecha).

La disrupción del concepto de examen

Inevitablemente, si el profesor redefine su manera de dar clase, no pasa inadvertido que los exámenes dejarán de ser lo que conocíamos. “Si el examen hace preguntas para las que no existe una respuesta exacta, entonces el profesor no va a preguntar al alumno para que memorice, sino para que razone”.

En este sentido, adelantó que “pronto” se conocerán los resultados de un proyecto puesto en marcha en Estados Unidos, Israel, India y Reino Unido para conocer el impacto de permitir el acceso a internet durante la realización de exámenes.

Pero mientras continúe el sistema clásico de exámenes y de una enseñanza anquilosada, continuarán también los “métodos coloniales” con los que transcurre. Criticó que se sigan “imponiendo el lápiz y el papel” para ciudadanos que son nativos digitales. Una de las consecuencias a nivel emocional queda patente en el informe: aburrimiento, falta de concentración y de motivación han sido las tres respuestas más repetidas de los alumnos preguntados para la investigación.

Es por esta razón que Mitra (TED Prize 2013) insiste en que se faciliten métodos actuales a los alumnos de hoy. “No quiere decir que una persona que no utilice lápiz y papel no sepa resolver una ecuación, sino que no va a utilizar métodos obsoletos para resolverla”, argumenta. Al experto en innovación educativa no le cabe duda de que debería normalizarse el uso de buscadores como Google en el sistema educativo. “Como profesores, debemos lanzar preguntas que no se contesten en dos segundos en internet”.

Se prefiere la presencialidad

A los alumnos les gustaría que la educación del futuro fuese sobre todo presencial (33,6%). Pero en realidad ven que el futuro será híbrido (34,9%), segunda opción elegida cuando se les pregunta qué prefieren (24,9%). “La educación híbrida ha llegado para quedarse, y [los alumnos] abrazan en cierta medida”, reconoció Eulalia Alemany, directora técnica de la Fad, durante la presentación de los resultados.

Una conclusión que celebró la ministra de Educación y Formación Profesional (FP), Pilar Alegría. En su opinión, la presencialidad permite “erradicar las brechas sociales” que provocará la revolución digital. Una decisión que se tomó en España desde el curso anterior (sin vacunas y en los albores de la segunda ola) y que no ha variado. Como recordó Alegría: “lo que sucede aquí no es habitual a lo que ocurre en otros países”.

“Yo creo que la presencialidad garantiza el verdadero derecho a la educación de equidad, igualdad y calidad”, añadió la ministra. Por su parte, Mitra valoró como el siglo XXI permite establecer lazos interpersonales con personas en distintos lugares del mundo. Los confinamientos no dejaron otra opción. “Para los niños la proximidad física es muy importante. Pero han sido conscientes de que no podían ir al colegio en el caso de la pandemia”.

Si bien la tecnología permite interactuar casi como en persona, los 602 alumnos encuestados no conciben (ni quieren) un futuro sistema educativo online.  Solo el 8,8% cree que la educación futura será así y un 12,5% querría que fuese la opción que se materializase.

Los docentes también creen en el cara a cara. Alegría desveló que del total de 741.000 profesionales que componen el cuerpo docente en España, “el 98% están en las clases prestando su servicios”.

Una de las conclusiones del informe es la necesidad de desarrollar competencias digitales en educación.

Competencias digitales

'La adaptación escolar a la cultura digital: una asignatura pendiente' fue el nombre del evento de presentación de esta investigación. En ella se abordó otra cuestión para la que el Gobierno, recordó Alegría, va a destinar alrededor de 1.400 millones de euros: el desarrollo de las competencias digitales.

“Si queremos que la competencia digital sea exitosa, no podemos abandonar a los más vulnerables”. E hizo referencia a la educación Infantil, donde aseguró que se redoblarán los esfuerzos para desplegar competencias digitales desde las primeras etapas educativas.

Siguiendo las conclusiones de la investigación, parece que hasta el momento esa adquisición de competencias se ha basado en un “proceso de ensayo y error”, extrae Alemany. Los tutoriales, las guías y los vídeos han sido fuentes habituales para la muestra de adolescentes de entre 14 y 18 años encuestados, pertenecientes a 3º y 4º de la ESO, Bachillerato y FP. Y el saber utilizar las TIC ha llegado de rebote, concluyen los investigadores.

Los resultados muestran el aumento de la desconfianza hacia la adquisición de competencias digitales, en especial en el ámbito de la educación reglada. Sobre el profesorado, aunque reconocen que había “muchas diferencias”, no han extraído una percepción tan negativa valorando que el cuerpo docente ha “intentado adaptarse” al ámbito online a pesar de las dificultades organizativas y estratégicas.

Alarma la posible gran brecha social

Como recuerda Antoni Ballabriga, responsable de Negocio de BBVA, el proyecto Educación Conectada nace en junio de 2020 “para reducir la brecha de uso digital”. Precisamente este ha sido uno de los focos que más alarma: que haya casi 20 puntos porcentuales de diferencia entre alumnos que tienen una destreza alta o muy alta con las nuevas tecnologías porque tienen fácil acceso a ellas (72,7%) y los que las manejan igual de bien, pero cuentan con escasos recursos (54,6%).

“Cuantas más carencias económicas tienen los alumnos, mayores dificultades han sido las que han tenido en su educación. Sobre todo, en el seguimiento”, evidenció Alemany. En otras palabras, pero para alertar de la misma cuestión, habló Ignacio Bayón, presidente de Fad. “O estás metido en el mundo digital, o estás fuera de un mundo real. La Fad se centra ahora en permitir el igual acceso a todos los jóvenes que puedan estar en riesgo de quedarse fuera de este mundo digital”.

No solo es el estatus socioeconómico el que genera brechas. Las de género están muy presentes y se dan, por ejemplo, en la autoconfianza que tienen las alumnas respecto de sus habilidades digitales. Ellas son, en especial, quienes desean una vuelta a la presencialidad. Como recordó Alemany ellas fueron quienes sufrieron “mayor ansiedad y depresión”.

Otra de las brechas es la relativa al equipamiento tecnológico de los centros. Si bien se expuso que todos (públicos, privados y concertados) tienen dispositivos electrónicos, la diferencia llega en el uso que se hace de ellos.

Sea como fuere, el evento fue sobre todo unánime en el horizonte que viene. Alemany concluyó su intervención con ese mensaje. “Hay que procurar un modelo híbrido de verdad. Que apoye a los alumnos y que combine dos cosas: la socialización y la autonomía. Este modelo es un reto que entre todos se puede conseguir sin dejar de lado las brechas presentes en este informe, para atender a ese alumnado que está sufriendo de más”.

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