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Todo lo que hay que saber sobre los superalimentos: la moda que siempre fue una realidad

superalimentos

“No hay una definición clara, pero se suele utilizar este término para referirse a alimentos interesantes nutricionalmente hablando». La definición de la Doctora Sònia Cebrián acerca de los ‘superalimentos’ coincide con lo que durante años han sido el papel de los mismos. De hecho, muchos pueblos indígenas los utilizaban para sanar cuerpo y mente. Pero ha sido en los últimos años cuando se han puesto más en boca de nutricionistas, chefs, blogueros y periodistas especializados y, en resumen, personas preocupadas por la salud.

«Son muy ricos en vitaminas, minerales o antioxidantes a los que se atribuyen propiedades, no siempre reales, curativas o de mejora de la salud”, explica Cebrián, que deja claro que más importante no hay ningún alimento que por sí solo cure o evite enfermedades. También aconseja «no compensar una dieta deficiente con la ingesta masiva de estos alimentos». La nutricionista de mediQuo, chat médico que atiende a usuarios las 24 horas del día, ha desarrollado un pequeño informe en donde explica para qué sirven, sus propiedades y cómo utilizarlos.

«La mayoría de ellos son alimentos ‘exóticos’ y poco conocidos, que además son fruto de potentes campañas de marketing”. Teniendo como principio básico que la base de una buena alimentación ha de ser variada, equilibrada y basada en alimentos frescos y de temporada, Cebrián destaca que «acompañar una dieta saludable con estos ‘superalimentos’, conociendo sus propiedades y sabiendo para qué sirven, siempre aportará beneficios». Este es precisamente el objetivo de su estudio.

Los 10 que están más de moda

Maca. Es una raíz proveniente de Perú, a la que se le atribuyen propiedades energizantes, antidepresivas, anticancerígenas y afrodisíacas, entre otras. Es rica en aminoácidos, minerales (calcio, potasio, fósforo, magnesio, hierro, manganeso o zinc) y vitaminas. Se puede consumir en forma de polvo deshidratado o en cápsulas, así como en bebidas energéticas, cocer con agua o leche y mezclar con otros alimentos.

Kale. Se trata de una planta de la familia Brassica oleracea, la misma que la coliflor, la col, el repollo o el brócoli. Sus hojas verdes son muy carnosas y en cocina es muy versátil. Su forma más habitual de consumo es en forma de zumo, aunque también se puede incluir en ensaladas o cocinada con otras verduras. Tiene un alto contenido en agua, fibra, minerales (hierro, calcio…) y vitaminas. Según la OCU, además presenta glucosinatos (cuyo efecto preventivo del cáncer de próstata se está investigando), sulfofaranos (parecen tener efectos antiinflamatorios) y boro (recomendable para prevenir la pérdida de estrógenos durante la menopausia).

Cacao. Tradicionalmente se ha dicho que mejora el estado de ánimo y que tiene un gran poder antioxidante. Rico en fibra, vitaminas y minerales, además es eficaz frente a la pérdida de memoria asociada a la edad. Según datos de la OCU, a los polifenoles del cacao se les atribuye el aumento de bacterias beneficiosas para la flora intestinal, así como la disminución de aquellas que favorecen el desarrollo de la obesidad y enfermedades cardiovasculares (aunque no está reconocido por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria).

Aloe Vera. Se trata de una planta rica en minerales, vitaminas hidrosolubles, aminoácidos y glucomano, a la que se le atribuyen múltiples propiedades como adelgazante, reguladora del azúcar en sangre y antidepresivo. También se dice que combate el Alzheimer, el glaucoma, el estreñimiento o las varices. Estas propiedades se derivan del gel que se extrae directamente de sus hojas.

Açai. Es una fruta que procede de una palmera de Brasil. Contiene muchos nutrientes, en especial antioxidantes. Sus bayas tienen un alto contenido en grasa (muy similar al del aceite de oliva o aguacate), así como en proteína, vitamina A y minerales. Por ello es ideal para deportistas, personas con altos niveles de estrés o que estén realizando dietas de adelgazamiento (por su poder saciante).

Jengibre. Se trata de una raíz de sabor picante muy característico, con un alto valor culinario, especialmente como condimento y aromatizante. Se utiliza ampliamente para tratar náuseas y vómitos y es un gran antioxidante, antiinflamatorio y analgésico. Por si eso fuera poco, ayuda a reducir los niveles de colesterol y tiene propiedades adelgazantes y afrodisiacas.

Espirulina. Es una cianobacteria muy nutritiva, con elevado contenido en proteína, minerales y vitaminas. Además, es rica en triptófano y contiene todos los aminoácidos esenciales. Al ser rica en clorofila es útil como detoxificadora de la sangre y su elevado valor nutricional la ha convertido en un superalimento reconocido por las Naciones Unidas para combatir la anemia y la malnutrición. Incluso la NASA suplementa a sus astronautas con este alimento. Entre sus propiedades destaca su eficacia contra trastornos como la obesidad, la artritis, las úlceras intestinales, la hipertensión o las infecciones, además de tener capacidad para prevenir la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y otros problemas crónicos. Se consume en polvo y se puede añadir a cualquier alimento.

Quinoa. Se trata de un “pseudocereal” rico sobre todo en proteínas, pero también en vitaminas, hierro, fósforo y calcio, y muy pobre en grasas. “Es importante tener en cuenta que el hierro de origen vegetal se absorbe con dificultad, y es necesario combinarlo con alimentos ricos en vitamina C (como el zumo de limón)”, recuerda la doctora.

Chia. Son las semillas de una hierba con el mismo nombre, que se pueden utilizar de muchas maneras. Aporta importantes cantidades de ácidos grasos Omega 3, antioxidantes, calcio, fibra y proteínas, aunque estas cantidades son equiparables a las que podemos obtener de los frutos secos, el aceite de oliva o el pescado azul.

Chlorella. Este alga es el alimento que contiene mayor cantidad de clorofila, además de poseer elevadas cantidades de proteínas, vitaminas (A, B2 y B3) y minerales como hierro, magnesio y zinc. Es útil para reforzar el sistema inmunitario y mejorar los procesos digestivos.