¿Cómo afecta la supercomputación a las regiones, a priori, con menos industria? Ka Dirección General de Agenda Digital, a través del Centro Demostrador de las TIC de Extremadura (CDTIC), celebró una jornada virtual para analizar el impacto de la supercomputación en el ecosistema de innovación empresarial y el emprendimiento.
En ella participó Javier Corral, responsable de Proyectos y Comunicación del Centro Extremeño de Investigación, Innovación Tecnológica y Supercomputación (CénitS), que forma parte de la Fundación Computaex, la Fundación Computación y Tecnologías Avanzadas de Extremadura.
Es una fundación sin ánimo de lucro fundada en 2009 y auspiciada por la Consejería de Economía, Ciencia y Agenda Digital de la Junta de Extremadura. Su objetivo principal ha sido siempre la explotación y gestión del citado CénitS, y forma parte de la Red Española de Supercomputación, una plataforma que ha realizado más de 220 proyectos de I+D+i.
Es una de las 29 infraestructuras científico-técnicas singulares (ICTS) del país. Actualmente, hay tres de estas ICTS en Extremadura -los otros dos son el Centro de Cirugía de Mínima Invasión, donde además se aloja Computaex, y el Ceta-Ciemat-.
Y los objetivos de este centro son fomentar, difundir y prestar servicios de cálculo intensivo y comunicaciones avanzadas, utilizando todo esto como instrumento básico para el desarrollo socioeconómico sostenible y dedicando una especial atención a las relaciones de cooperación entre las entidades públicas y privadas de la región en cuanto a este sector productivo.
Sus principales beneficiarios, “como no podía ser de otra forma”, apuntó Corral, son la comunidad investigadora no solo regional, sino también nacional e internacional. Y empresas de todo tipo e instituciones que requieren el uso de sus infraestructuras y servicios.
Principales servicios
Entre los servicios que ofrecen, destaca sobre todo la elevada capacidad de cómputo. No en vano, en sus infraestructuras principales son los supercomputadores: Lusitania, por el nombre de la antigua provincia romana con capital en Mérida. “Más allá de ser un centro de supercomputación, también hay asociadas otra serie de tecnologías inherentes a esta, relacionadas siempre con ellas, como son los servicios de inteligencia artificial o big data. Y otros adicionales como cloud computing, virtualización de sistemas, almacenamiento masivo de datos de alta disponibilidad o las conexiones de alta velocidad”, explicó.
Del mismo modo, siguen participando en la configuración de infraestructuras y servicios, dan consultoría y asesoramiento a todo tipo de entidades, ejercen una importante labor formativa -varios de los integrantes del equipo son además profesores en la Uex– y participan en convenios con todo tipo de centros para potenciar el I+D+i.
Supercomputación en Extremadura
“Cuando recibimos visitas, entre 400 o 600 personas al año, alumnos sobre todo y universitarios, lo primero que nos preguntan es qué es un supercomputador, en qué consiste, más allá de la realidad. Es como si agrupásemos miles de millones de ordenadores pequeños, con arquitecturas distintas. Básicamente, consiste en eso, en unir todos esos ordenadores para formar uno superior con capacidades ampliamente superiores a las que podríamos encontrar a nivel doméstico o disponibles para público y empresas”, ilustró Corral.
Además señaló que, aunque existen muchas definiciones, y muchas veces se va más allá de lo que se narra, estos son “claves” para resolver problemas en los cuales el tiempo de obtención de resultados juega un papel crucial.
“En este sentido, siempre me gusta hablar de uno de los primeros proyectos que empezaron a ejecutarse en nuestro centro, investigando el cambio climático. Ya en 2009, con esas infraestructuras que ya han cambiado de forma significativa, sus simulaciones para analizar el cambio climático en la región hubieran tardado 30 años en solucionarse con un ordenador normal. Con ese primer Lusitania, los primeros resultados llegaron en menos de 24 horas”.
Por otro lado, apuntó que tienen un problema, y es que aunque estas explicaciones son adecuadas, son contraproducentes porque les alejan del mundo en general, de la pyme, de la industria. La razón: porque escuchan estos términos y lo primero que piensan es que no es para ellos, que es para lucha contra el cáncer, biotecnología y que no les ofrece cosas nuevas. Según él, “nada más lejos de la realidad”.
Oportunidades para la innovación
Todas estas tecnologías pueden mejorar el día a día de cualquier empresa, como por ejemplo para el diseño de productos, simulaciones que lo mejoran, se ahorra tiempo y dinero. U optimizar la cadena de suministros, ya que con la supercomputación se mejoran los costes. O analizar datos en tiempo real, una información valiosa para clientes. Y el aprendizaje automático para analizar patrones de comportamiento de consumidores en el futuro, predecir la demanda y prever la producción, optimizando inventarios.
Y también, crear sistemas de recomendaciones para compras. “Hay un ejemplo brillante para cualquier empresa que diga que la supercomputación está alejada de su negocio. Es sencillo: entrar en una zapatería y que nada más entrar el cliente, un sistema de inteligencia artificial detecte cómo va vestido, lo que lleva y recomendar zapatos nada más pasar por la puerta, que tenga esa información y conocimiento previo justo antes de entrar que de otra forma no sería posible. Y esto se podría aplicar a casi cualquier cosa”, razonó.