En 2013, dos ingenieros forestales tenían el sueño de “llenar el mundo de árboles”. Por ello, en el año 2013 se unieron para fundar una empresa que tuviera un alto impacto social y medioambiental. Se trata de Sylvestris, una compañía que pretende crear un entorno mucho más verde y saludable contando con el trabajo de personas desfavorecidas o en riesgo de exclusión. En definitiva, autodefinen su proyecto con el propósito de “sembrar oxígeno integrando personas y naturaleza.
Según Enrique Enciso Encinas, ingeniero forestal y cofundador de Sylvestris, su empresa social cuenta con grandes ventajas. “Para la sociedad son vitales las empresas con alto contenido e impacto social, son las que deben de liderar el cambio en la sociedad para que esta sea más justa y equilibrada”. Del mismo modo, para él no hay desventajas “si son empresas competitivas, ya que son mejor aceptadas que otras que no tienen contenidos sociales. El mundo se dirige hacia donde nosotros ya estamos”.
En Sylvestris se dedican, principalmente, a tres funciones: restauraciones forestales, renaturizar zonas urbanas y consultaría. Gracias a ellas, han realizado más de 70 proyectos, han restaurado y mantenido más de 600 hectáreas, y han dado empleo a 400 personas.
En la primera se dedican a restaurar zonas incendiadas con técnicas económicas, de bajo impacto ambiental y alto impacto social. “Para ello –explican desde la propia compañía–, contamos con numerosas entidades interesadas en compensar su huella de carbono mediante la realización de proyectos de absorción. Tras ejecutarlos, gestionamos para ellas la obtención del sello de Compenso CO2 que otorga el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO). Gracias a estos trabajos, llevamos árboles y empleo a aquellos lugares y personas que más lo necesitan”.
En segundo lugar, construyen jardines verticales, tejados verdes y huertos urbanos con el fin de devolver a estas zonas los espacios verdes que los edificios han ocupado. “Aportamos oxígeno manteniendo nuestro compromiso social, contratando a personas pertenecientes a colectivos vulnerables, en colaboración con algunas entidades como la Fundación Capacis en Madrid, la Fundación Formació i Treball en Barcelona o Fundación Portolá en Cataluña”.
Y, por último, cuentan con una oficina técnica y un laboratorio desde los que despliegan labores de consultoría, elaborando estudios y proyectos que tienen como objetivo el desarrollo sostenible y las asistencias técnicas de calidad. “También participamos activamente en todo tipo de acciones formativas y de divulgación, desde cursos a congresos, pasando por voluntariados corporativos. Un conocimiento que nos ha llevado a participar en proyectos de Cooperación Internacional en Medio Oriente y América Latina”.
Según Enciso, “todos son positivos y complementarios”, aunque quizás, por su formación eminentemente forestal, "la restauración de montes que han sufrido un incendio es nuestro mayor reto y lo que más nos satisface. Es un placer trabajar al aire libre en los montes mediterráneos y de otras latitudes en contacto con la naturaleza y los habitantes que pueblan las zonas rurales. De ahí que, de todos sus proyectos –de los que se sienten bastante orgullosos–, Enciso destaque los desarrollados en la zona menos densificada de España, como es Teruel, o bien en aquellos sitios donde las dificultades son máximas como en las montañas del Líbano. “Estos determinan perfectamente por qué estamos aquí y por qué nos dedicamos a esto”.
Asimismo, cabe destacar que, recientemente, han llegado a un acuerdo con Fundación Repsol, que ha adquirido el 21,39% del capital de Sylvestris. “La Fundación Repsol –explica Enciso– se interesó con mucha insistencia en participar de nuestro proyecto. No todo ha sido fácil y hemos tenido que madurar hasta darnos cuenta que somos imprescindibles en la fórmula de la solución”.
Según él, “si hay que trabajar para mejorar el planeta, las grandes corporaciones tienen mucho que decir y nosotros queremos estar influyendo a nuestro nivel donde se toman decisiones relevantes. Con la Fundación Repsol aumentará nuestro impacto positivo tanto en la creación de nuevos bosques, nuevos jardines verticales y tejados verdes, contando para ello con personas que pertenecen a grupos vulnerables que representan hasta hoy el 80 % de nuestras contrataciones”.
Por último, Enciso subraya que, todavía es mucho lo que les queda por hacer. Por poner un ejemplo, “acabamos de volver de Colombia donde queremos desarrollar grandes proyectos de restauración de la Amazonia contando para ello con poblaciones indígenas, financiadas por grandes empresas europeas. No se puede pedir más”.