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TBS: formación en el ‘management’ desde la diversidad ‘made in Francia’

Esta escuela de negocios ubicada en Barcelona desde 1995 asienta su modelo en el expertise, en lo multinacional y en un rol de profesor como mentor vital de los alumnos
Olivier Benielli, director de la TBS de Barcelona.

Barcelona y Francia tienen en común desde hace más de dos décadas una escuela de negocios: TBS. Fue en 1995 cuando se estableció en la capital catalana. Como idea, exportar la formación francesa de las ciencias del management, potenciando su actividad en grados y posgrados oficiales en gestión de empresas y organizaciones, así como en el nivel de doctorado.

Todo, sin dejar de lado al target (objetivo) habitual de este tipo de centros. El interesado suele ser un público ejecutivo, al que se le ofrece MBA, formación continua o másters profesionales, entre otros. La formación de TBS está acreditada por el Ministerio de Educación Superior e Investigación de Francia, señala Olivier Benielli, director de TBS de Barcelona.

Pero hay más diferencias. Su modelo también se basa en la “riqueza de la diversidad”, tal como lo describe Benielli a Innovaspain. Otra tiene que ver con la formación. Son estudios superiores pre-experience completamente en inglés para estudiantes universitarios, con grado y máster oficiales y acreditados por el país galo.

Quien pasee por las instalaciones de TBS lo hará por una “escuela multi campus y multinacional”. Desde Toulouse, donde está su sede, pasando por Barcelona y hasta Casablanca (Marruecos). Para cumplir estas premisas, se lleva a cabo un modelo “descentralizado” donde todos los actores de la escuela contribuyen. «Desde sus expertises y sus distintas experiencias y contextos», apunta.

En Barcelona, sin ir más lejos, el alumnado se compone de un 70% de alumnos “no franceses ni españoles”, cifra Benielli. Además de construir de manera progresiva expertise académica en investigaciones. El radio de acción de TBS es el Mediterráneo: Barcelona, como “bisagra en Europa”. Casablanca, como “hub central entre Europa y África”.

Una red de un centenar de empresas colaboradoras con TBS Barcelona

Para preparar a los alumnos en el mundo profesional de hoy en día, TBS tiene alianzas con más de cien empresas colaboradoras “de un modo u otro” con el campus. Aunque Benielli adelanta que esta red “se expande cada día”.

Más allá de los acuerdos que se cierran con empresas, otro factor fundamental para su director son las startups que impulsan sus propios alumnos. De entre los 450 estudiantes del programa Bachelor in Management y los 320 de los distintos programas de Master en 2020 han salido 15 empresas.

“Un grupo de nuestros estudiantes de ese track de emprendimiento se ha colado con Sportsfluent, una start-up para conectar atletas y sponsors. En la semifinal del concurso Babson Global Student Challenge”, destaca Benielli.

Además, añade que la presencia de alumnos de TBS en las 120 startups que forman la French Tech (FT120) es “importante”. Y remite a Up2School, “la plataforma de referencia en Francia para la orientación educativa hacia los negocios, ingeniería y ciencias”. La escuela es la que más representantes tiene en empresas dedicadas al Internet de las Cosas, con hasta 200 alumnos, en dicha plataforma.

Para colocarse como referencia, la metodología de enseñanza es la base. Benielli la desgrana punto por punto. “Experiencia de inserción en el mundo profesional, experiencia multicultural dentro de las aulas (50% de estudiantes internacionales), experiencias de gestionar de proyectos a impacto social, experiencia de expatriación para estudiar en un país extranjero como parte de cada programa, entre otras”. Aunque sin olvidar el desarrollo de las aptitudes que conforman a personas preparadas para el mundo actual, como las capacidades de “cuestionamiento y de sentido crítico”.

Reinventarse en tiempos de pandemia

TBS tampoco es ajena al contexto pandémico. Así, la apuesta por la tecnología ha sido esencial, sobre todo para el profesorado, apunta Benielli. “Despliegan oportunidades para que el profesor devenga un animador de comunidad de aprendizaje, que tutela el proceso pedagógico en individuos o en pequeños grupos de trabajo, en lugar de ser un depositario de saber y métodos en “transmisión” de contenidos. Así también, el profesor puede ejercer de mentor y abrir perspectivas a los alumnos”.

Herramientas que permiten reforzar al cuerpo docente, pero también la ingeniería pedagógica, la contribución a la investigación y su aplicación a la dinámica del territorio. “Algo que usábamos a modo experimental en ciertas materias se ha difundido masivamente en sustitución de la presencialidad, abriendo nuevas posibilidades muy interesantes”, concluye.

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