El Tenebrio molitor ya está aquí: la nueva era de los insectos

Tebrio se dedica a la cría y transformación de este insecto, del que producen proteínas y lípidos que van al consumo animal y a biofertilizantes, entre otros
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El Tenebrio molitor es muy versátil: se puede convertir en proteína y lípidos para alimentación animal, y puede transformarse para biofertilizantes y bioplásticos. (Imagen: Tebrio

Decir que «el Tenebrio molitor ya está aquí» como si fuera algo nuevo en el mercado sería incorrecto. Pero hacer esa afirmación tras poner la piedra de la nueva megafactoría de la compañía Tebrio, en Salamanca, no lo sería tanto: una vez terminada, será la mayor instalación de cría de insectos del mundo. Y es que esta empresa lleva desde el año 2014 con un propósito entre ceja y ceja: transformar la industria agroalimentaria mediante soluciones sostenibles. Eso sí, tranquilidad: la alimentación para humanos no entra en su hoja de ruta.

Adriana Casillas es la fundadora y CEO de Tebrio, y relata que, aunque se constituyó como empresa en 2014, la idea ya estaba de antes, cuando se dieron cuenta de los grandes desafíos que enfrentaba el sistema alimentario global. Desafíos donde los insectos cobrarán una gran importancia.

«La creciente demanda de materias primas y alimentos y los límites de los recursos naturales nos impulsaron a buscar soluciones innovadoras. Los insectos, y específicamente el Tenebrio molitor, nos ofrecen una solución viable y sostenible, ya que no compiten por los recursos destinados a la alimentación humana», explica. 

Así, comenzaron con una pequeña granja de insectos para probar su hipótesis, y con el tiempo, han ido perfeccionando su tecnología y ampliando nuestras instalaciones. De hecho, hoy en día están construyendo, como ya se ha contado, la mayor planta de cría de insectos del mundo, con 90.000 metros cuadrados. «Lo que nos permitirá satisfacer la creciente demanda de proteína alternativa de manera global», asegura.

El Tenebrio molitor y sus beneficios

Casillas afirma que Tebrio se fundó para la cría y transformación del Tenebrio molitor con el objetivo producir proteínas y lípidos de alta calidad destinados al consumo animal, biofertilizantes y otros productos útiles, como la quitina, un polímero natural con aplicaciones industriales en sectores como el farmacéutico, el cosmético o el de los bioplásticos. «Nuestro enfoque —recuerda también—se basa en un modelo de economía circular, en el que se aprovechan los subproductos alimenticios de manera eficiente y respetuosa con el medio ambiente».

Pero ¿por qué Tenebrio molitor y no otro insecto? Ella misma explica que los insectos son una de las fuentes más eficientes de proteína, ya que requieren muchos menos recursos, como agua y tierra, en comparación con los animales tradicionales. 

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Así quedaría la parte proteica que se extrae de la larva del insecto: en forma de harina, es ideal para la alimentación para animales. (Imagen: Tebrio)

Y continúa: «El Tenebrio molitor es ideal porque es muy versátil: se puede transformar en proteína y lípidos para la alimentación animal, sus deyecciones dan lugar a biofertilizantes, y tienen otras aplicaciones en productos industriales como bioplásticos. El proceso en Tebrio contempla todas las fases de vida del insecto, desde que es larva, con la obtención de proteínas y lípidos de alto valor, hasta su fase madura como escarabajo. Comienza con una cría controlada del insecto, en condiciones óptimas, hasta su final, e incluye las deyecciones que genera durante esa vida para obtener un biofertilizante de calidad premium».

De nuevo, sus aplicaciones son abundantes: la proteína que se obtiene del Tenebrio molitor se utiliza en piensos para animales, y su exoesqueleto es una fuente valiosa de la ya mencionada quitina.

«En cuanto a la alimentación directamente para humanos —apunta la CEO de Tebrio—, no está en nuestra hoja de ruta y es difícil saberlo, porque entran en juego factores culturales, pero lo iremos comprobando poco a poco. Aún así, en este campo creo más en el uso de insectos para la obtención de principios activos que se incluyan en medicamentos». 

En todo caso, insiste, el foco de la compañía está en aportar valor a la cadena alimentaria y en ser una alternativa óptima como fuente sostenible y eficiente de proteína.

Economía circular como núcleo

Si se habla de Tebrio es muy difícil no hablar sobre la megafactoría que están construyendo en Salamanca, la que se convertirá en la mayor instalación de cría de insectos del mundo. «Uno de los proyectos que más nos motiva», destaca Casillas. Entre otros proyectos, destaca también el uso de la quitina para aplicaciones innovadoras de bioplásticos y cosmética —un uso no tan común como el de la producción de proteínas y biofertilizantes— y su constante apuesta por la sostenibilidad, pues toda su operación se basa en principios de economía circular. 

«Aprovechamos todos los recursos y subproductos generados durante el proceso, y nos comprometemos con un modelo de residuo cero y huella de carbono negativa. No sólo trabajamos para ofrecer soluciones dentro de la empresa, sino que también promovemos iniciativas que contribuyen al medioambiente y a la economía verde global. Además de ser certificada como compañía BCorp, Tebrio forma parte activa del Pacto Mundial de Naciones Unidas y es miembro del Pacto Verde Europeo, del que personalmente soy embajadora», informa la fundadora de la compañía.

Sobre la importancia de la economía circular en su empresa, Casillas asevera que es «el núcleo de nuestro modelo de negocio». Y añade: «Creemos que el futuro de la producción alimentaria debe ser circular y eficiente, aprovechando al máximo los recursos disponibles». 

La cría de insectos permite cerrar este ciclo: toman subproductos agrícolas que, de otro modo, serían desechados y los transforman en proteínas valiosas. Además, su proceso de producción está diseñado para no generar residuos, maximizando el uso de cada parte del insecto. Con todo esto, no sólo mejoran la eficiencia de sus operaciones, sino que también contribuyen a la reducción de la huella ecológica de la industria agroalimentaria.

En cuanto al futuro de Tebrio, adelanta que, a corto plazo no tienen hitos remarcables en el camino —al menos, que estén a la altura del comienzo de la construcción de su nueva fábrica, que representa un antes y un después—. «Pero seguirá siendo un enorme reto para nosotros el seguir desarrollando nuestros procesos y produciendo sobre las previsiones de crecimiento que tenemos. Y, a más largo plazo, nuestro objetivo será expandirnos por otros mercados geográficos más allá de Europa». 

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Adriana Casillas, fundadora y CEO de Tebrio, en la colocación de la primera piedra de la megafactoría de la empresas, celebrada el pasado enero. (Imagen: Tebrio)

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