“Somos conscientes de que todo está por hacer, ya que los niños son una olla a presión de ideas”, aseguran en Tech Talents, un proyecto educativo de formación dirigido a niños y a adolescentes. Buscan un enfoque en el que la tecnología sirva para estar a disposición de las personas y generar contenido, además de enseñar que este tipo de herramientas no son un fin, sino un medio.
Dejan muy claro a sus alumnos que las profesiones del futuro, por ahora, no existen. Es por ello que en su proyecto formativo no se encuentra de forma primordial la robótica, tan de moda en los colegios. “No es más que una asignatura más, pero no puede ser la principal. Cuando los alumnos sean mayores, y si son abogados o médicos, no necesitarán la robótica: necesitarán la programación”, explica Carlos de Antonio, socio fundador de Tech Talents. Desde la compañía afirman que actualmente hay más de 50 millones de aplicaciones creadas en el mundo, y que no todos los que las han creado son unos “coquitos de la tecnología”. Con este ejemplo, ilustran su filosofía: “Enseñemos tecnología a los niños para que éstas estén a disposición de las personas y, en concreto, que las tecnologías sean otras herramientas más para el uso de su educación reglada, de su educación de el día a día”.
No sólo enseñan robótica y programación a chicos de entre 5 y 19 años. Además, de forma periférica, forman a docentes en la integración de la tecnología en los sectores educativos, tratándola siempre desde un punto de vista creativo. También trabajan a nivel audiovisual, crean cursos y talleres donde padres e hijos trabajan de forma conjunta y áreas infantiles para los más pequeños. Uno de sus éxitos son los campamentos de verano, donde se combina el aprendizaje y la formación de una manera más lúdica. Todo ello está orientado al desarrollo personal, a la inteligencia emocional o al desarrollo de habilidades, entre otras funciones.
Los alumnos de Tech Talents compiten en varios eventos, como en el World Robot Olympiad, donde quedaron finalistas el año pasado, sacándose un billete a la final en Qatar. “Lo que se está premiando mucho en ese tipo de competiciones es el esfuerzo. Cuando los niños ya están en una fase de selección se vuelcan en el proyecto y se vuelven mucho más receptivos”, asegura De Antonio. Afirma que este tipo de competiciones son fundamentales en el desarrollo de los niños, pero que no hay que olvidar que la competición está muy presente en la naturaleza humana. Creatividad, competición, esfuerzo, reconocimiento… Muchas son las razones por las que niños de todas las edades se apuntan a Tech Talents. Quizá, la que menos conozcan, es el cuidado que reciben para que día a día no sólo aprendan robótica o programación, sino a desenvolverse como profesionales en un futuro no tan lejano.