Los reflejos en pantallas –móviles, lentes, automoción– se han intentado paliar sin una solución clara. Hasta ahora, solo se creaban recubrimientos pero el proyecto europeo Sunpilot –coordinado por el Trinity College Dublin–, busca la escalabilidad y la integración de nanoestructuras en procesos industriales. Y Tecnalia, el centro de investigación y desarrollo tecnológico, junto al Grupo Antolin, se encuentran en él.
Ambas trabajan, según Tecnalia, en la “integración de nanoestructuras en diferentes superficies de componentes plásticos destinadas al automóvil que les confieran nuevas propiedades que mejoren sus prestaciones, como proteger de los reflejos o nuevos acabado estéticos iridiscentes, buscando además facilitar la limpieza de las superficies incluyendo aditivos”.
Para ampliar información, Innovaspain ha hablado con Olatz Adarraga , investigadora del Área de Materiales y Procesos Multifuncionales de Tecnalia, que afirma que, al final, de lo que se trata el proyecto es de llevar la nanometría a las pantallas para evitar reflejos –siendo diciembre de 2021 el fin del proyecto–. “Se trata de transferir patrones submicrométricos para obtener distintas funcionalidades. Se ha estudiado en industria electrónica que estas tienen necesidades muy específicas de funcionalidades; hay mucho de litografía en la nanométrica pero están muy limitados porque son muy pequeños”.
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Por ello, el objetivo es trabajar en moldes de acero en inyección, tratando de conseguir una nanoestructura, utilizando ese molde e inyectando plásticos. “Los procesos más conocidos en litografía son en superficie lisa, pero ahora lo hacemos con geometría 3D; sobre esta integramos un patrón, estructuramos el molde y, al inyectar el plástico, hay que ‘aditivarlo’”.
Así, las propiedades o funcionalidades extra de las piezas se conseguirían “utilizando la tecnología para la modificación de la rugosidad en la escala nanométrica del molde de acero utilizado en el proceso de inyección (pudiendo tratar así áreas grandes y curvadas)”. Y, posteriormente, reproduciendo esta rugosidad en la propia pieza inyectada sobre dicho molde. Es de esta forma, “como se pueden fabricar superficies que impidan molestos reflejos, como es el caso de pantallas de dispositivos como móviles o tablets; o integrar colores estructurales e iridiscentes en piezas con acabados estéticos y que sean fácilmente limpiables, altamente demandadas en automoción”.
Adarraga indica que lo que se hace normalmente para que las pantallas tengan colores o tengan reflejos es trabajo con recubrimientos. “Durante nuestro proceso evitas recubrimientos, sale la pieza con la funcionalidad que buscas, no tienes que recubrirla comprando un material”. Y eso es lo que aporta coste en ahorro y coste en material. “Como tienes el componente con la estructura funcional ya se puede reciclar, porque no tiene otro tipo de partículas”, explica.