Por David Cotacachi y Ana Grigera. Esta columna fue publicada originalmente en el blog ¿Y si hablamos de igualdad? del BID
El avance del mundo digital, la inteligencia artificial y el acceso al big data sin lugar a duda genera nuevas y poderosas oportunidades de desarrollo para la sociedad, pero también tiene el potencial de profundizar las brechas de desigualdad existentes. Quienes tienen acceso a estas herramientas pueden posicionarse rápidamente dentro de las nuevas reglas del mercado y la globalización, y quienes no, quedan en desventaja.
Este es el caso de los pueblos indígenas. Por ejemplo, en Latinoamérica, estos tienen menos de la mitad de acceso a celulares que sus pares no indígenas. En Bolivia el acceso a internet es cuatro veces menor para los indígenas que para los no indígenas. El acceso a una computadora es ampliamente menor para estos pueblos en Bolivia, Brasil, Perú y Colombia, lo que implica una evidente exclusión digital.
No obstante, cuando las tecnologías son accesibles para ellos y se complementan con su conocimiento tradicional, constituyen una herramienta poderosa para avanzar su desarrollo social, económico, ambiental y con identidad en la región. Por ejemplo, la protección de sus tierras y territorios es la prioridad número uno de todos ellos en Latinoamérica, quienes dependen directamente de estos recursos para el mantenimiento de su economía, identidad y cultura. Mediante el uso de drones, GPS, software, plataformas digitales de mapeo, y manejo de datos, muchos indígenas de la región han encontrado en la tecnología un aliado para fortalecer sus territorios y su identidad.
El BID apoya actualmente algunas iniciativas de este tipo en la región. En Panamá, el Banco, en colaboración con Google Earth Outreach, ECAM (Equipe de conservação da Amazônia) , el laboratorio Flying Labs de la Universidad Tecnológica de Panamá, la Coordinadora Nacional de Pueblos Indígenas de Panamá (COONAPIP) y GeoIndigena, inició un trabajo con los siete pueblos indígenas del país (Guna, Naso Tjer Di, Emberá, Wounaan, Ngäbe,Buglé, Bri-Bri) para generar las capacidades para el mapeo socio cultural de sus territorios usando la herramienta libre Google Earth.
Los mapas socio culturales digitales les permiten integrar, plasmar y documentar de manera visual su historia, sus áreas sagradas, fauna, flora, cultivos, zonificación, sus usos culturales del suelo y la gobernanza existente en sus territorios, basándose en su conocimiento tradicional. A nivel mundial, numerosos pueblos indígenas están utilizando esta tecnología de mapeo con innumerables fines, incluyendo la planificación territorial, conservación, reflexión y diálogo comunitario, revitalización del conocimiento tradicional, desarrollo económico local y hasta el reasentamiento de la comunidad como adaptación al cambio climático.
Por ejemplo, la comunidad isleña Guna de Gardí-Sugdub (Panamá) planea desde hace 10 años su traslado a tierra firme, como respuesta a la creciente amenaza del aumento del nivel del mar por efecto del cambio climático y por problemas relacionados al crecimiento poblacional. La planeación de su traslado requiere de la toma de decisiones complejas y comunitarias que van desde la dimensión económica hasta la espiritual.
Recientemente el BID, con el apoyo y financiamiento de Japón, facilitó un taller en aquel país para la creación de un mapa detallado, con imágenes aéreas obtenidas con drones (ortomosaico), del sitio en tierra firme al cual será trasladada la comunidad Gardí-Sugdup. El mapa cultural ha sido utilizado para familiarizar visualmente a la comunidad, por primera vez, sobre la nueva barriada y el territorio al que se trasladará.
Asimismo, en los múltiples usos contemplados por la comunidad, el mapa será utilizado para generar el primer proceso de saneamiento de los terrenos comunitarios. En consecuencia, esta herramienta jugará un papel importante para apoyar la toma de decisiones a lo largo de los complejos procesos que conlleva el reasentamiento de una comunidad.
En Honduras y Guatemala, el pueblo indígena Maya Ch’orti’ también realizó el mapeo cultural de su territorio usando la plataforma Google Earth. Este paso constituyó un elemento crucial para su consolidación como una sola Nación Ch’orti’. Para los Ch’orti’ de ambos países, quienes a pesar de mantener profundos lazos familiares e históricos han permanecido separados durante varios siglos por una frontera nacional que no estaba en sus planes, la visualización de su territorio a través de esta tecnología constituyó un elemento vital en la reivindicación de su identidad colectiva. El acceso a las tecnologías digitales, incluyendo el internet, ha permitido a los jóvenes Maya Ch’orti’ documentar la historia oral de sus abuelos, en su idioma ancestral, mediante videos que luego difunden a través de sus plataformas digitales.
En el curso de la acelerada revolución digital, es indispensable promover el acceso equitativo a la tecnología y diseñar iniciativas a la medida de las necesidades de cada población. En el caso de los pueblos indígenas, la fusión de las tecnologías digitales con el conocimiento tradicional, la cosmovisión y sus prioridades ofrece una poderosa oportunidad para impulsar el desarrollo con identidad en la era digital. Apoyar su acceso a las nuevas tecnologías es una prioridad en la región, no solo para cerrar las brechas de inclusión digital, sino también para avanzar hacia un siglo 21 más equitativo.