Promover el desarrollo de edificios de consumo de energía casi nulo con un coste óptimo. Éste es el objetivo que persigue la nueva tecnología desarrollada por el centro tecnológico Eurecat-CTM, que facilita en este sentido la toma de decisiones técnicas en rehabilitaciones energéticas en edificios no residenciales. Para ello, se basa en la definición arquitectónica del edificio y tiene en cuenta las condiciones climáticas y de uso.
La tecnología, que se encuentra actualmente en fase de valorización tecnológica, ofrece “una solución novedosa respecto a los sistemas actuales y métodos de rehabilitación energética”, ha señalado Konstantinos Kampouropoulos, técnico del proyecto. De esta forma, es capaz de “evaluar simultáneamente y de forma rápida el comportamiento energético de la parte pasiva (parámetros arquitectónicos) y la parte activa (equipos productores, consumidores e instalaciones) de un edificio, así como el impacto de los materiales y soluciones constructivas, considerando criterios energéticos, económicos y medioambientales. Además, ha destacado que “soporta la definición de una base de datos tecnológica, personalizable para cada usuario, con diferentes modelos de equipos y/o materiales, los cuales se evalúan durante el cálculo de la solución de rehabilitación”.
Este sistema estructura su trabajo de forma modular, por lo que sólo actúa sobre aquellos módulos que interesan. Por el momento sólo puede realizar cálculos para actuar en edificios del sector terciario, “concretamente para escuelas, oficinas y residencias”, si bien su diseño “soporta la inclusión de modelos de comportamiento de otro tipo de edificios” como hospitales o centros deportivos.
Según ha explicado Kampouropoulos, la aplicación “consiste de un conjunto de módulos y herramientas, que permiten el estudio y determinación de las acciones de rehabilitación óptimas”, de tal forma que evalúa su impacto energético, económico y medioambiental. Para ello se sirve de un motor de cálculo que identifica los horarios de mayor demanda energética, así como de dos bases de datos tecnológicas con soluciones enfocadas hacia las partes tanto pasivas (fachadas y cubierta) como activas (calderas de gas, equipos de cogeneración, absorción, energías renovables, etc.) de los edificios. Finalmente, la tecnología también cuenta con un optimizador automático de las actuaciones a realizar en el edificio y con una interfaz que permite definir las características del edificio bajo estudio o las soluciones de rehabilitación posibles.
Los edificios positivos como objetivo final
En los últimos años, la Unión Europea ha aprobado varias directivas encaminadas a mitigar el cambio climático. Uno de los caminos pasa por conseguir que a partir de 2019 “los edificios públicos y edificios privados sean de consumo energético casi nulo” ha informado Konstantinos Kampouropoulos. Sin embargo, en su opinión, aún se necesitan cambios normativos en España, como una actualización del Código Técnico de la Edificación (CTE) “con el fin de ajustarse a la definición del concepto de edificio de consumo energético casi nulo (nZEB)” que plantea Bruselas.
De esta forma, y más allá de la necesidad de adecuar el marco reglamentario, “el futuro que se prevé en el sector de la edificación es abordar el reto de conseguir que los edificios pasen de ser nZEB a ser edificios positivos, siendo capaces de producir más energía de la que consumen, o que las emisiones de CO2 embebidas en los materiales compensen las emitidas por su construcción y uso”.