En Europa, la población que vive en ciudades y pueblos supone el 73%, por lo que es una de las regiones más urbanizadas del mundo. Y las perspectivas apuntan a que esta cifra aumentará, con los retos que ello implica, como por ejemplo la necesidad de apostar por un desarrollo urbano sostenible. Por ello el proyecto europeo SMURBS, del que participan socios de 12 países europeos, trabaja para mejorar la calidad de vida en zonas urbanas de la mano de las tecnologías que definen a las smart cities.
El objetivo de esta iniciativa, han informado desde la Comisión Europea, es “aumentar la resiliencia urbana y la calidad de vida en las regiones metropolitanas. Para lograrlo se dedica a retos relacionados con la calidad del aire, el crecimiento urbano, las catástrofes naturales y antropogénicas, la sanidad y la migración”. En total participan 19 socios, entre ellos España, que está representada por el Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG), vinculado al Ministerio de Fomento y el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
Tal y como han destacado desde el propio proyecto, los datos medioabientales y de observación de La Tierra disponibles no sólo son muchos, también están muy fragmentados, al almacenarse en sistemas e instrumentos muy distintos. Esto supone un grave impedimento, ya que dificulta que se pueda compartir datos y conocimientos entre partes interesadas y responsables políticos. Por eso, han señalado desde la Comisión Europea, “SMURBS se propone colaborar con ciertas ciudades de Europa para reunir e integrar estos recursos en los que se incluyen datos satelitales, redes y sensores sobre el terreno, sistemas aéreos no tripulados, modelos y observatorios ciudadanos”. De esta forma, los datos obtenidos se usarán para generar información, herramientas y servicios nuevos que respondan a las necesidades de ciudadanos y legisladores.
TECNOLOGÍAS INTELIGENTES Y SOSTENIBLES A LARGO PLAZO
Para ello, lo primero que harán es impulsar una planificación estratégica, estableciendo vínculos entre todas las partes involucradas (autoridades locales, urbanistas e interesados a escala metropolitana), con la idea de registrar qué es lo que se necesita y qué es lo que ya está disponible. A partir de ahí, el segundo paso consistirá en diseñar, implementar y crear sinergias para que los socios generen una carpeta de tecnologías urbanas inteligentes y sostenibles a largo plazo que satisfagan tanto a urbanistas como a legisladores y que se pondrán en marcha en ciudades piloto, bancos de pruebas y estudios prácticos.