En la Junta General de Accionistas de Telefónica, su presidente, José María Álvarez-Pallete, además de hacer balance de los resultados correspondientes al ejercicio 2019, ha comentado la situación particular que marcará el ejercicio del año que viene: la crisis provocada por la crisis del COVID-19. Así, según él, se ha cumplido con los objetivos financieros y no financieros en 2019, con el compromiso de mantener el dividendo y con las primeras fases de la llamada Nueva Telefónica.
“2020 quedará en la historia de nuestra compañía como el año en que superamos satisfactoriamente la enorme prueba de la pandemia. Pero quedará también como el ejercicio de arranque del Plan de Acción para construir la Nueva Telefónica. Entonces anunciamos cinco decisiones estratégicas para generar valor e impacto positivo a largo plazo en todos nuestros grupos de interés […] Apenas 6 meses después, y pese a las circunstancias excepcionales que hemos vivido, es mucho lo que hemos avanzado”, ha asegurado.
Del mismo modo, Álvarez-Pallete ha querido poner de manifiesto la importancia de una compañía como Telefónica ante esta crisis. Y es que, como él mismo ha indicado, “si hemos aprendido algo de esta crisis es que las infraestructuras digitales han sido fundamentales. Hemos comprobado que disponer de la red de fibra más potente de Europa no es una anécdota; es algo que se revela esencial en momentos cruciales. En un momento en el que la sociedad buscaba referencias, las ha encontrado en el personal sanitario, en policías y militares, en la cadena de suministros de alimentos y, desde luego, en las comunicaciones […] hemos podido estar a la altura gracias a que contamos con redes que han demostrado su robustez y se han comportado con total estabilidad y seguridad”.
Y es por ello que Álvarez-Pallete ha hecho un llamamiento a la unidad de acción para garantizar que la población tenga acceso a la tecnología e impedir así que se agraven las desigualdades sociales: “Como en tantos otros asuntos, hemos tenido que innovar. Y, al innovar, hemos descubierto gran cantidad de cosas sobre nosotros mismos, sobre la comunidad que integramos empleados, accionistas, proveedores, clientes y también sobre nuestra empresa y el papel social que desempeña. Y, de todo ello, deriva una conclusión inapelable: Telefónica tiene un papel crucial, una función capital”.
Según él, hay que favorecer la digitalización del tejido productivo español con tecnologías como Cloud, Ciberseguridad, Big Data e Internet de las Cosas, lo que incrementará su competitividad, estimulando el crecimiento y el empleo. “Esto es particularmente relevante en el caso de las pymes, por su gran peso en la economía española y su bajo nivel de digitalización. Por ello es tan relevante incluir también en el Pacto Digital el apoyo a estas empresas en su proceso de digitalización”. Un Pacto Digital que presupone un nuevo diálogo entre los gobiernos, la sociedad civil y el tejido empresarial, con el fin de gestionar la transición digital poniendo a las personas en el centro.
“Cumplimos los objetivos financieros, pero también avanzamos en los no financieros”, ha asegurado. Y, de hecho, además de crecer de forma inclusiva y sostenible, facilitando a la sociedad el acceso a conectividad con las últimas tecnologías; “hemos avanzado en nuestro compromiso con el medio ambiente y ayudamos a descarbonizar la economía con nuestras soluciones digitales y nuestras redes de fibra; nos confirmamos como un referente en eficiencia, avanzando en digitalización para ofrecer una experiencia sencilla y digital a nuestros clientes; reforzamos nuestro gobierno corporativo, teniendo por primera vez en nuestra historia tenemos un 30% de mujeres consejeras; alcanzamos niveles máximos de satisfacción de clientes y empleados y lideramos en factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo”.
Para terminar, Álvarez-Pallete, ha hecho una reflexión sobre la crisis provocada por el coronavirus: “Hace ahora tres meses sucedió algo que nadie en el mundo y, desde luego, ninguno de quienes componemos la comunidad de Telefónica, deseaba. El 13 de marzo se interrumpieron muchas cosas. Pero otras muchas se pusieron en marcha”.
Desde Telefónica destacan que se aceleró “la energía transformadora de una empresa líder y de nuestros planes de cambio […] Antes de esta emergencia teníamos confianza en el futuro de la compañía. Pero ahora tenemos la certeza de que podemos sobreponernos a cualquier prueba por dura e inesperada que sea. Calculábamos nuestra fortaleza; ahora la conocemos con la seguridad que proporcionan los hechos”.
“Antes de esta emergencia mundial se solía distinguir entre la vida física y la vida virtual. Ha quedado probado que, como sosteníamos desde Telefónica, no hay dos vidas, una física y otra digital. Existe una sola vida y lo que pasa por nuestras redes no es solo voz o datos, es la vida misma. Hemos conseguido que la vida continúe. Esta Junta se celebra por vez primera en la distancia física. Pero quisiera que estas mismas redes que Telefónica ha desplegado y sostenido, este medio virtual, les hicieran llegar un sentimiento de gratitud sincera por su respaldo”, ha concluido.