Esta semana, Telefónica ha presentado su Informe de Gestión Consolidado 2018, un programa en el que han recogido varias de sus intenciones y compromisos, como colaborar en una sociedad basada en modelos económicos sostenibles e inclusivos, en un mundo más igualitario o más seguro en el medio ambiente, entre otros. Del mismo modo, en el estudio han analizado su impacto social en España, así como en los demás país en los que opera.
“Telefónica ha aportado al PIB de los países en los que está presente 53.000 millones de euros. Se estima que la actividad de Telefónica contribuye en un 0,5% a la riqueza total generada en el conjunto de los países en los que tiene presencia, lo que supone una aportación de 3,4 euros por cada euro de OIBDA. Este importe recoge tanto el impacto directo que supone la compañía, como el indirecto (es decir, el generado a lo largo de la cadena de valor, en proveedores y otros agentes) y también el inducido”, han explicado en la presentación Laura Abasolo, directora general de Finanzas y Control de Telefónica, y Elena Valderrábano, directora de Ética Corporativa y Sostenibilidad.
Asimismo, la compañía ha cumplido varios objetivos sostenibles con dos años de antelación al Acuerdo de París: “El consumo de energía por unidad de tráfico (Petabyte) se sitúa en un 64% frente al 50% fijado. El 58% de energía utilizada procede de fuentes renovables (100% en sus operaciones europeas y en Brasil), 8 puntos porcentuales por encima de su objetivo –el compromiso es alcanzar el 100% a nivel global en 2030–. Y las emisiones de efecto invernadero de alcance 1 y 2 han bajado en un 37%, frente al 30% establecido. El objetivo es también reducirlas a la mitad en 2030”, han asegurado.
Por otro lado, desde Telefónica inciden en que nada de esto sería posible sin sus empleados. Trabajadores que están evolucionando hacia una mayor diversidad. “El 38% de la plantilla ya está compuesta por mujeres, que representan el 23% de los puestos de dirección. El objetivo es que para 2020 esa proporción ascienda al 30%”. Además, y como afirman en el estudio, en 2018 Telefónica fuera “una de las primeras empresas que se comprometió públicamente con el derecho a la desconexión digital de los empleados como elemento clave para mejorar su equilibrio entre la vida personal y laboral”.