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Un telescopio para Rayos X dará más detalles sobre el origen del universo

telescopio para Rayos X

La Agencia Espacial Europea está impulsando un trabajo internacional que tiene como objetivo desarrollar un nuevo telescopio, que será enviado al espacio y que podría arrojar algo más de luz sobre el origen del universo. Para ello el proyecto, que cuenta con investigadores españoles del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (ICMA), analizará la información que llega desde el universo en el espectro no visible.

La misión también cuenta con grupos de investigadores de Holanda, Francia, Italia, Finlandia e Inglaterra y su fin último es despejar incógnitas en torno al origen del universo, el Big Bang o facilitar la observación del nacimiento y las explosiones de estrellas. Para ello este nuevo telescopio estudiará, con una resolución inédita hasta ahora, la longitud de onda correspondiente a los Rayos X. Éstos se producen en fenómenos violentos que implican mucha energía, como los agujeros negros, choques de galaxias o explosión de estrellas y para ser vistos hay que enviar un satélite al espacio con visión específica para estos fenómenos.

En concreto el equipo de científicos españoles del ICMA, organismo mixto del CSIC y la Universidad de Zaragoza, está trabajando en el sensor de una de las cámaras que llevará incorporadas el telescopio. El investigador Agustín Camón, ha explicado que su equipo desarrolla “el corazón del telescopio. Podemos compararlo con los píxeles de las cámaras de fotos convencionales, que son sensibles a fotones de luz. En nuestro caso son sensores pero sensibles a los fotones de Rayos X”.

Materiales superconductores

Una de las claves en el trabajo que está desarrollando el ICMA en este proyecto reside en el trabajo con materiales superconductores, cuya resistencia eléctrica se anula a una determinada temperatura crítica. De hecho, la mayor complejidad en esta investigación viene precisamente por las temperaturas que deberán soportar estos sensores (-273,16ºC). En los laboratorios, han informado desde este instituto, “esto se lleva a cabo con un refrigerador de dilución, pero el espacio requiere de otra técnica mucho más compleja”.