Han pasado catorce años desde los inicios de la gran crisis económica que desembocaría, con la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008, en lo que para muchos teóricos de la economía fue la quiebra del sistema renacido de las cenizas que dejó la II Guerra Mundial. Todavía nos recuperábamos de esa reciente crisis cuando estalló la pandemia de la covid-19; y ahora, que parecía el final del túnel, la guerra de Ucrania ha vuelto a sumergirnos en la incertidumbre.
Si en los últimos años hemos utilizado el concepto VUCA (por sus siglas en inglés) para reconocer que el panorama de la sociedad en su conjunto estaba marcada por la volatilidad, la incertidumbre, complejidad y ambigüedad en un mundo que, además, se ha globalizado por el efecto de comunicación, el interrogante que abre esta crisis actual, que no ha hecho más que empezar, según todos los expertos, es mucho mayor.
Es indudable que ha sido el factor global de la innovación el que había configurado un nuevo panorama. Ahora que cumplimos nuestro 10º Aniversario en Innovaspain somos espectadores y relatores en primera fila de este cambio tan grande que necesita de respuestas a todos los niveles para rebajar la presión de esa “hipervucanización” de la sociedad.
En este contexto me ha llamado la atención un libro que, bajo el título de “Capitalismo Next Generation”, plantea cómo el capitalismo, como teoría económica dominante, tiene que readaptarse a nuevas realidades. Ya lo ha hecho en algunos aspectos, pero es curioso que han pasado esos 14 años a los que me refería para que aquella propuesta de reformar el capitalismo del entonces presidente de la República francesa, Nicolás Sarkozy, hecha en una famosa reunión de los países más ricos del mundo, fuera dejada al margen de aquellas discusiones.
Dejada al margen hasta la crisis de la covid-19, momento en el que la Unión Europea ha armado un programa que, en el fondo, es, como apunta Ramón Casilda Béjar, el autor del libro citado, un intento de entrar en esa reforma de la teoría económica que, con buen criterio, ha utilizado este programa de la UE como la punta de lanza de esa reinterpretación de la teoría económica que sustenta el crecimiento económico.
Precisamente, el Anuario de la Innovación en España 2021, que verá la luz en próximas semanas, empezamos a hacerlo desde esta base porque es la innovación la que ha removido los pilares socioeconómicos de la sociedad en su conjunto. Next Generation para España es algo fundamental. La mayor movilización económica desde la II Guerra Mundial trata, efectivamente, de promover el futuro para las siguientes generaciones y para España es especialmente importante. Sobre todo, porque su base tiene que ser todo lo que rodea el proceso que lleva a la innovación.
Todos los días vemos cómo el proceso innovador ha calado en las empresas. Las grandes abren programas para introducir metodologías tendentes a provocar a sus plantillas; igualmente se nutren de programas de innovación abierta y como resultado vemos cómo cambian los negocios. Mientras tanto, las pymes tratan de asumir la digitalización como primer paso para promover cambios y crecer porque los mercados y las oportunidades están abiertas para todos.
La innovación, como apunta el profesor Casilda Béjar en el citado libro, y que recomiendo, es el centro de este movimiento que estamos viviendo. Estos periodos nunca han sido tranquilos y las denominadas “estrategias de poder” de las grandes potencias suelen removerse en estos escenarios de incertidumbre y alumbramiento de nuevos paradigmas. Como las soluciones vienen con el trabajo, creo que habrá que incluirlo dentro de ese concepto Next Generation de forma muy clara. A cada uno nos toca aportar lo mejor de nuestras posibilidades para hacer más llevadera y corta esa “hipervucanización” a la que me refería.