El viernes 13 de marzo, apenas mes y medio después de su nombramiento y un día antes de que fuera decretado el Estado de Alarma en España, Teresa Riesgo y su equipo en el Ministerio de Ciencia e Innovación tenían previsto presentar el calendario con los últimos pasos previos a la aprobación de la ‘Estrategia Española de Ciencia y Tecnología y de Innovación 2021-2027’.
“No fue posible”, explica a Innovaspain la secretaria general de innovación. “Está muy avanzada con los demás ministerios implicados y con las Comunidades Autónomas; es un asunto que hemos retomado, pero ese día, en la Comisión Delegada de Asuntos Económicos ya no había espacio para nada que no tuviera que ver con la gravedad de los hechos que estaban por llegar”.
Desde aquel viernes negro, Riesgo admite haber vivido momentos muy difíciles, aunque, si hace balance, se queda con lo mucho que han trabajado en el ministerio para remar a favor y contribuir a derrocar al virus. “Todos los equipos han seguido activos desde casa con absoluta disponibilidad. Quiero poner en valor esa implicación”.
Los eslabones de la cadena
Un espíritu colaborativo que la secretaria general de Innovación hace extensible a las empresas, sobre todo en unos primeros días muy críticos, cuando por ejemplo hubo que multiplicar de la noche a la mañana líneas de fabricación de respiradores. “Al trabajo contante se sumaba la angustia de no poder contar con resultados tangibles a la velocidad que exigían las circunstancias”, añade Riesgo.
Para dotarse de músculo suficiente, en el Ministerio de Ciencia e Innovación se propusieron dar soporte a toda iniciativa que tuviera visos de ser útil ante el COVID-19. “Es espectacular la cantidad de propuestas que hemos recibido, la mayoría sin interés comercial, solo con la intención de ayudar. El empuje de laboratorios, empresas y universidades es encomiable. Muchas veces nuestro trabajo ha sido ponerlos en contacto”, apunta Teresa Riesgo.
La canalización de nuevos proyectos de I+D o de iniciativas dirigidas a una producción mas sostenida de determinados bienes básicos para afrontar la actual coyuntura se realiza también a través del CDTI, como un extra a sus convocatorias habituales. Ya han cerrado una exitosa primera fase de candidaturas y actualmente evalúan una nueva ronda de propuestas.
Ciencia y desescalada
En el plano científico, Riesgo explica cómo pusieron en marcha un grupo de trabajo para agilizar la producción de test PCR integrado por varias empresas españolas coordinadas por ASEBIO bajo la supervisión del Instituto de Salud Carlos III. Este organismo, con Raquel Yotti al frente, ha sido el encargado a su vez de gestionar el Fondo COVID-19, dotado con 24 millones de euros, ya adjudicados en su práctica totalidad a decenas de proyectos de investigación.
“El ministerio se ha implicado al máximo para avanzar en la vacuna o en nuevos fármacos. Todo ello en línea permanente con el CSIC, donde han creado una plataforma multidisciplinar para atajar el SARS-CoV-2 desde varias ópticas”, añade Teresa Riesgo.
Una vez inmersos en la desescalada las necesidades han mutado; hay menos vidas en juego, pero muchos de los retos son desconocidos hasta la fecha. “Es cuestión de adaptarse y de poner a disposición de quien lo requiera todos los recursos necesarios”. Riesgo describe a modo de ejemplo la alianza auspiciada por el ministerio de los centros tecnológicos del mueble de Valencia y Murcia junto a varios diseñadores. “Fruto de esta conexión, dentro de unos días publicaremos un documento que especifica materiales óptimos o procesos de desinfección con el objetivo de ayudar a los locales comerciales en su reapertura”.
Calado social y futuro
Teresa Riesgo asegura que nunca había escuchado hablar tanto de ciencia e innovación como a lo largo de los últimos tres meses. “Citando al ministro Pedro Duque: Es la ciencia la que nos sacará de esta situación. Es importante que aprendamos la lección. Hay que generar conocimiento y acumularlo. No diré nada nuevo si afirmo que son precisos más fondos, más ayudas y facilidades para los investigadores”.
En este inesperado starsystem del que también forman parte Adolfo García-Sastre, Mariano Esteban o Sagrario Ortega, Riesgo se detiene en la figura de Luis Enjuanes para ilustrar su argumento. “Su grupo es experto en coronavirus desde hace más de 20 años. Pocos habían caído en su utilidad hasta la fecha y, sin embargo, forman parte de esos equipos de investigadores que van por delante en la obtención de la vacuna en todo el mundo. Necesitamos personas que sepan mucho de asuntos específicos”.
Reinvención
En los mecanismos laborales, Teresa Riesgo considera que ha quedado patente que numerosos empleos pueden desarrollarse desde casa sin que la eficiencia se resienta, más bien al contrario. Opina también que, para avanzar en el teletrabajo con paso firme, son necesarios medios y formación en el ámbito digital ya que “no podemos dejar a nadie atrás”. Pese a todo, percibe que, en líneas generales, los resultados de estas prácticas ‘en remoto’ son ópticos y que hay ámbitos, como el universitario, que han funcionado especialmente bien en las últimas semanas.
Para el terreno empresarial, la pandemia ha supuesto un jarro de agua fría que -a la fuerza ahorcan- ha obligado a dejar de lado prácticas anacrónicas perjudiciales. Una ocasión para coger por los cuernos el toro de la transformación digital. “Algunas empresas han tenido que reinventarse, y eso ha llevado a modificar modelos de negocio. Es una evolución muchas veces positiva, aunque no todos los cambios que apliquen perduren en el largo plazo”.
A nivel sectorial, el SARS-CoV-2 ha golpeado con especial ímpetu a una de las joyas de la corona de la economía española. “Nunca creímos que, de la noche a la mañana, dejarían de venir 80 millones de turistas; y ha pasado. Aunque esperamos que vuelvan, es una oportunidad para hacer una profunda reflexión y dotar a la industria de más tecnología. Tenemos que modernizar distintos aspectos y lograr un turismo más sostenible desde todos los puntos de vista. En el lado positivo, empezamos a comprobar como el turismo rural vive una demanda inédita”, añade Teresa Riesgo.
Transición verde
La responsable pública incluye en la fórmula de la reactivación del país a la ciencia y a la innovación, pero recuerda que el revestimiento de cada una de las acciones que emprendan ha de ser sostenible. “Antes de la pandemia, pensábamos que España teníamos resueltos, o al menos avanzados, algunos ODS. Hoy tenemos que ser autocríticos y reconocer que no era exactamente así, empezando por el sistema de salud que, pese a sus bondades, ha tenido fallos muy graves”.
En cuanto a la movilidad, Teresa Riesgo regresa sobre otros de los efectos positivos de la flexibilidad laboral. “Quizá hayamos entendido que no merece la pena perder dos horas al día para desplazarnos al trabajo y volver a casa. Además, no todos tenemos un coche que no contamine, por lo que las emisiones de CO2 podrían descender de modo notable. Los empresarios, por su parte, tienen en su mano ahorrar en espacios y energía. Podemos organizar la vida de otra manera. Habrá que regularlo para que no agrave otras brechas, pero el ‘hiperpresencialismo’ tiene mucho impacto”.
Volver a la agenda
Además de la citada ‘Estrategia Española de Ciencia y Tecnología y de Innovación 2021-2027’, Teresa Riesgo espera encarar el camino de la normalidad sacando del standby otros grandes proyectos del ministerio como el ‘Plan Estatal de Investigación Científica, Tecnología e Innovación 2021-2024’. “Pretendemos activar el Estatuto de Joven Empresa Innovadora e incentivos fiscales a la I+D”. Teresa Riesgo destaca además la apuesta por la alianza de las ‘Ciudades de la Ciencia y la Innovación’ junto a la Red Innpulso o la vuelta de las ‘Misiones Ciencia e Innovación’.