Uno de cada tres adultos tiene problemas para conciliar el sueño, pero se trata de una actividad esencial para mantener un buen equilibrio físico y psicológico, hasta el punto de que dormir poco o mal puede acarrear problemas cardiovasculares o en el sistema inmunitario. De hecho, la melatonina, hormona que actúa como regulador del ciclo sueño-vigilia, participa en numerosos procesos fisiológicos tan importantes como la prevención del envejecimiento. Precisamente, para ayudar a corregir alteraciones del sueño, SYNLAB ha lanzado un test que funciona con una muestra de saliva.
El test tiene como objetivo “ayudar a corregir las alteraciones del sueño a través del estudio del biorritmo de la melatonina del paciente, y la detección de cualquier desviación respecto al patrón normal, tanto en horarios como en intensidad”, ha señalado Jaime Martínez, Marketing Manager de SYNLAB Iberia. La clave, por tanto, está en el análisis del funcionamiento de la melatonina, una importante hormona cuya “influencia va más allá del sueño”, ya que, por ejemplo, también “resulta fundamental en la prevención del envejecimiento”, así como en la regulación del sistema inmune.
A través de una muestra de saliva del paciente, este test determina los niveles de melatonina en saliva en cuatro momentos de la noche, obteniendo así el biorritmo del paciente y detectando cualquier desviación respecto al patrón normal. Así, la prueba está indicada principalmente para personas con problemas para conciliar el sueño, que se desvelen fácilmente o se despierten varias veces durante la noche. También para quienes tengan cambios rotativos de los horarios de trabajo, personas con estrés de larga duración, depresión, síndrome de agotamiento profesional o que viajen frecuentemente con el consiguiente jet-lag.
LA MELATONINA COMO CLAVE
La clave para medir la calidad del sueño y en la que se basa este test es la melatonina. Se trata de una hormona cuya producción es estimulada por la oscuridad e inhibida por la luz, por lo que es “una de las más importantes es la regulación del ciclo sueño-vigilia”. Tal y como ha resaltado Martínez, “participa en una gran cantidad de procesos celulares, neuroendocrinos y neurofisiológicos y es un potente antioxidante endógeno”. Esto la convierte en un elemento “crucial para la prevención del estrés oxidativo y del envejecimiento”, además de estar relacionada con el sistema inmune “ya que promueve la actividad y el desarrollo de las células inmunitarias”.
La melatonina comienza a segregarse de manera cíclica a partir de los 6-12 meses de vida y su síntesis comienza a disminuir a partir de los 40 años. De ahí que este sea un problema “especialmente frecuente en personas de edad avanzada, y se asocia con una menor capacidad de vigilia durante el día, un adormecimiento temprano y una falta de sueño de madrugada”, ha explicado Martínez. En el día a día, la melatonina alcanza el pico máximo en mitad de la noche y luego decae progresivamente. Y los factores que modulan su secreción son: ambientales (la iluminación, las estaciones del año o la temperatura) y endógenos (el estrés o la edad).