En la industria aeroespacial europea, que diga “fabricado en Europa” no implica que todas las partes de un producto se hayan desarrollado en nuestro continente. De hecho, se depende mucho de países como Estados Unidos, que es el principal proveedor de los chips ASIC, los “cerebros” de los satélites. Pero este tipo de cuestiones las solucionará el proyecto PROMISE –de Horizonte 2020 y la ESA (Agencia Espacial Europea)–, cuyo consorcio está liderado por Thales Alenia Space desde España.
Para ello, el proyecto PROMISE se encargará de desarrollar una librería de bloques diseñados y probados para estos chips ASIC (Application-Specific Integrated Circuit) permitiendo reducir en un tercio los tiempos de desarrollo de componentes para satélites y abaratar los costes de manera considerable, haciendo al sector mucho más accesible para empresas más pequeñas.
Ángel Álvaro, responsable de I+D en Thales Alenia Space, explica a Innovapain que la elección de España se debe a que aquí fabrican los equipos para hacer estos chips mixtos. “En España tenemos gente muy potente y la Comisión Europea ha comprobado que no solo se puede garantizar el desarrollo de la aplicación, sino que además tenemos la experiencia (más de 30 años)”.
Asimismo, indica que cuentan con dos ventajas como corporación. En primer lugar, que hacen sistemas completos de satélites, desde el equipo más pequeño hasta el satélite completo listo para poner en órbita. “Nos da una visión muy buena de lo que hay que desarrollar. Garantizamos que lo que se haga se va a aplicar”. En segundo lugar, la experiencia.
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“La idea de PROMISE es desarrollar una librería de bloques para que el día de mañana cualquier empresa espacial europea, en vez de tener que diseñar un chip, vaya a esta librería, coja el manual y lo haga por su cuenta”, declara Álvaro. “Hasta hoy, si se quería hacer un chip así, era muy complicado. Pero ahora, cualquier empresa pequeña que quiera hacer un chip compacto, completo, y sin meterse en un jardín, puede entrar a la librería y coger los módulos necesarios. Es tan simple como ir al fabricante y pedir las piezas”. Este sencillo proceso puede suponer ahorros en un 30-40 por ciento, y una reducción de tiempo del 30 por ciento, según Thales Alenia Space.
Así, cuando esta librería esté disponible, las ideas de otras compañías podrán materializarse. Sobre la competitividad, Ángel Álvaro lo tiene claro: “Nuestro verdadero negocio es desarrollar y poner en marcha sistemas de satélites. Que una empresa pequeña desarrolle un equipo muy competitivo es beneficioso para todos, pues lo podemos incorporar a nuestro equipo, más completo”.
En definitiva, “no se va a aplastar a las pymes, al revés, nos permitirá incorporar talento de otras compañías, dándole medios y ahorrándoles tiempo. Cuando desarrollen el chip, me lo pueden vender. Queremos que el sector crezca y fomentamos que pequeñas empresas aporten ideas”. asegura.
Esto hará que las empresas europeas puedan crecer en la industria aeroespacial. Y es que, como explica el responsable de I+D de Thales Alenia Space, “en el fondo, pasa como con cualquier ámbito tecnológico. Pueden decir ‘fabricado en España, pero al ver el capó puedes comprobar que la centralita está en Francia. Y que el chip es de Japón. Integramos satélites en Europa, sí, pero hay varias cosas que son de empresas estadounidenses y que, con sus controles, tienen ventaja”. “Ahora –prosigue– se identifican tecnologías que hacen falta que se fabriquen en Europa. No son solo chips, son células de paneles solares, por ejemplo. En vez de ir a fabricar en EEUU, lo podemos hacer desde aquí”.
Por otro lado, Ángel Álvaro también recuerda que a nivel técnico, al sector aeroespacial español “no le hace sombre nadie”, pero “de sector a sector, de tecnología a tecnología, sería otra cosa”. Según él, España sigue teniendo la relevancia que ha tenido en los últimos diez años, aunque no sea percibido por la sociedad. “Estamos a primer nivel europeo. Por ejemplo, la propulsión se lidera en Francia y la estructura es italiana. Pero la industria española está a primer nivel. Sí es verdad que, en cuanto a volumen, estamos en el de nuestro PIB. Pero la contribución española al espacio ha vuelto a niveles ‘precrisis’, por lo que nos posicionamos otra vez de nuevo a la primera línea”.