¿Cómo recuperar la confianza de los viajeros tras la crisis del COVID-19? En Thales España han dado la vuelta a un proyecto piloto que probaron el año pasado en el Aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez. Ahora, proponen una iniciativa de reconocimiento facial bajo la idea ‘Viaje sin contacto’: una ruta biométrica desde el check-in a la entrada de la terminal hasta el embarque.
Miguel Mendoza, manager de Producto de Thales España, explica que en noviembre del año pasado presentaron un proyecto piloto para que la gente pudiera enrolarse mediante una app o en un kiosko en el aeropuerto. “Cuando compras un viaje das tus datos y, al hacer el check-in, te dan la posibilidad de hacer un reconocimiento facial. Si aceptas, esos datos pueden meterse en la base de datos del aeropuerto para poder acceder al avión". Además, deja claro que “si no tienes nada en contra, cuando termine el vuelo los datos serán borrados”.
Pero con la crisis del COVID-19, Thales ha dado una vuelta al concepto: "Ahora hemos mandado una propuesta al Ministerio de Fomento para hacer otra prueba piloto que sustituya todo contacto. “Solo se podría acceder mediante la app, no hace falta ni enrolarse en el kiosko. Se pasaría el filtro de seguridad poniendo la cara y, en la zona de embarque, habría una tablet donde no haría falta ni enseñar nada, sino que con la cara ya se captura todo y la base de datos ya deja pasar”.
Así, con la solución biométrica FRP (Face Recognition Platform) el viajero puede simplemente tomarse una foto desde su casa y darse de alta en una aplicación móvil y, al llegar al aeropuerto, realizar la comprobación automática en los mostradores de reconocimiento facial. “El viajero realiza una cesión consentida de su imagen a la plataforma con todas las garantías, cumpliendo así con el Reglamento Europeo de Protección de Datos”, especifican, por otro lado, desde Thales España.
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Obviamente, como alternativa, siempre estará el sistema tradicional, pero este ‘Viaje sin contacto’ estará enfocado al tema del COVID-19. Si pasa este crisis, ¿qué pasará con la iniciativa? Mendoza cree que seguirá teniendo éxito. “Por suerte o por desgracia, estos cambios ya han llegado, y la situación mundial que había antes era una situación brutal en cuanto a tiempo, siempre había problemas. Los problemas de tiempo en aeropuertos son muy grandes y todos intentan reducir los tiempos en sus operaciones. Quieren ofrecer al viajero una experiencia de una forma más positiva; ahora podrán estar leyendo libros, en el duty-free… La cuestión es evitar colas”, afirma sobre la iniciativa.
Asimismo, la gestión propia de los aeropuertos y las aerolíneas va a tener un descenso en sus costes. “Se van a reducir porque las interacciones serán menores y habrá ahorros de costes. Personalmente, creo que el mundo va hacia ahí”. Además, esta solución podrá ser adoptada también en estaciones de tren y puertos, "ya que se alcanzan dos objetivos prioritarios en este momento: la seguridad sanitaria de viajeros y personal, así como la mejora de la experiencia de viaje”.
Por último, Mendoza indica que están pendientes de que desde el ministerio les den el visto bueno final para poder implantarlo. “Es una necesidad que tiene AENA y, en principio, debería realizarse. Lo que pasa es que estos proyectos son muy costosos y buscamos que el Gobierno sepa reconocer esta inquietud de las empresas en función de estas necesidades y, aunque con las aportaciones que hace el CDTI no se cubren costes, nos gustaría tener el apoyo del Estado. Significaría que el Estado entiende que es una buena idea. Esto ha llegado para quedarse”.