De lo más refrescante de este agosto ha sido el estreno de Yesterday, esa película que se desarrolla sobre la hipótesis de que los habitantes del planeta, salvo unos pocos, sufren una especie de shock que les hace olvidar algunas de las cosas que marcaron el siglo XX; en este caso The Beatles, creadores de la canción que da título al film y a este post, The long and winding road, en el original.
Hace unas semanas, The Economist publicaba un reportaje sobre la próxima relación entre el cerebro y las máquinas destacando unas recientes declaraciones de Elon Musk que apuesta por esta conexión en un acercamiento a esa persona Matrix, que nos enseñó otra película estrenada ahora hace 20 años.
Y entre el pasado y el futuro veo los resultados que espera la china Alibaba para el primer trimestre del próximo año, que se elevan a la nada despreciable cifra de 16,3 miles de millones (billion) de dólares, un 46,6 % más que en el primer trimestre de este año, que han sido de 11,8 %. Si ya es exagerado el crecimiento en un año recordemos que en el primer trimestre de 2012 sus ingresos “solo” fueron de 631 millones de dólares. Es la actualidad.
[Le puede interesar: El curioso zoo innovador: de unicornios a ovejas verdes]
Han sido 20 años de locura pero lo que nos espera da la impresión de que no tiene parangón. De ahí el título de la canción siempre recordada de Los Beatles, ese innovador conjunto de Liverpool que tanto marcó a los adolescentes de mediados de los 60 y que nunca pensaron, posiblemente, que iban a ser un punto de inflexión social y, mucho menos, objeto de un recuerdo tan global después de pasado más de medio siglo desde el punto más elevado en la curva de su fama.
El cambio siempre supone creación sobre la destrucción. Además de que Schumpeter ya identificara la innovación como uno de los resultados de la destrucción creativa en economía, más popular es una frase que circula por el mundo de las redes sobre el porqué del cambio de la persona, supongo que producto, también, del impacto de la II Guerra Mundial: sufrió lo suficiente; de la evolución de la sociología: se cansó de lo mismo; y, de la posibilidad de acceder a la cultura, a la sanidad y todo lo que el Estado del Bienestar supone: se cansó de lo mismo.
El resultado es que entre el estado en cada uno se encuentra, que hay para elegir, y el avance inexorable de la tecnología nos vemos abocados a hacernos a la idea de que estamos en una época en que podemos recordar y aprender de lo que escribieron y cantaron Los Beatles, si somos capaces de transformar sus letras, normalmente dedicadas al amor y desamor, al mundo del resto de parámetros que marcan nuestras vidas. Nada de Aristóteles, San Agustín. Hume, Bacon, Schopenhauer o Bergson. Manda Abbey Road.