Viajar al pasado es posible. Para lograrlo, solo hace falta entrar en seis cápsulas del tiempo que hay en Ibiza. Un paso al frente y ¡bam! Aquello deja de ser una isla mediterránea y se convierte en un motel de la Ruta 66; la Florida de los cincuenta capturada en una una fotografía de Slim Aarons; o un guapo y ochentero Tom Cruise sirviendo cócteles a Elisabeth Shue en un bar jamaicano, al estilo de la película Cocktail. Los seis establecimientos de The Concept Hotel Group están lejos de la estética del hotel de cadena tradicional. Pero más que tratarse de un concepto vintage, los locales son una invitación a adentrarse en la mente creativa de Diego Calvo, CEO del conglomerado. Un empresario que, como su producto, iniciado en 2013, huye de lo cotidiano.
Basta con hablar unos minutos con Calvo, ibicenco de 40 años, para que ese pequeño mundo reflejado en los seis establecimientos de The Concept Group cobre vida. Cada una de sus creaciones es una declaración de principios. “Romper moldes”, es como lo resume al otro lado del teléfono. Iniciado en el mundo de los alojamientos desde los 17 años, y después de una temporada trabajando para las grandes cadenas como Marriott y Hilton, decidió irse por libre. Junto con su amigo, el también balear Tallyn Planells, montó su primer hotel conceptual: Santos. Era el punto de no retorno en una cruzada por reimaginar la oferta hotelera en la isla. “Queríamos ir a contracorriente”, cuenta.
El proceso creativo para un nuevo hotel (cada uno se maneja como una marca propia e independiente dentro de The Concept Hotel Group) tiene el mismo génesis: la mente de Diego Calvo. Cuando tiene una idea, hace un briefing conceptual muy al detalle, para luego pasarlo al estudio Ilmiodesign de Andrea Spada y Michele Corbani, que se encarga de los pormenores. Según detalla el balear, está cimentado en cinco pilares: arte, música, diseño, moda y cine. Las inspiraciones a las que se trata de aferrar son una especie de ensalada de cultura popular que pueden pasar de la vida estadounidense de los sesenta en Palm Beach a los diseños del mexicano ganador del Priktzer (el máximo premio para un arquitecto) Luis Barragán o alguna película de Wes Anderson.
La idea es que cuando alguien se hospede no pague por un techo y una cama en la que dormir, sino por una experiencia en todo el sentido de la palabra. En cada establecimiento hay un pequeño extra. Por ejemplo, en el Hotel Paradiso es posible dormir una noche gratis en el lobby… en una habitación con las cuatro paredes acristaladas. Pero su favorito está en su pecho, literalmente. El Romeo’s, inaugurado el verano pasado, está tatuado en los pectorales de este excéntrico CEO. “Cuando diseñamos el proyecto me flipó tanto que no lo dudé. Ahora pienso hacerlo una tradición”. Y añade con jovialidad: “Al fin, ya tengo unos 30 tatús”.
Es muy difícil separar la obra del artista. La personalidad de Calvo es un reflejo del producto que ofrece. Amante del rock, y también director de una productora de eventos, es una imagen viva de un Johnny Cash, con una interminable colección de camisas hawaianas —que presume de ser de las más grandes del mundo— y que ama al igual que sus tres coches clásicos. De hecho, posó sobre uno de ellos en un cameo de tres segundos para el más reciente videoclip de los Rolling Stones, Criss Cross. Una vida idílica para un modelo de negocio idílico. Todas estas ideas, imágenes, conceptos y diseños no dejan de ser una proyección de cómo los ve Calvo, quien nunca ha puesto un pie en Estados Unidos. Su mayor fuente de inspiración es esa vida norteamericana de las películas de James Dean. Al final, todo se reduce a la imagen ideal de ese mundo tan lejano.
Pero más allá de la estética, la genialidad de The Concept Hotel Group ha sabido sobrevivir al terrible año pandémico de 2020. “Evidentemente hemos sufrido, pero si no hubiéramos abierto perdíamos más”, cuenta imperturbado. Cuatro de sus seis marcas abrieron y, pese a las pérdidas, se logró la inauguración del Romeo’s. Esta reciente creación es posiblemente la más llamativa de todas. Es un edificio con un estilo que asemeja a los moteles de carretera la costa del Pacífico estadounidense. Recibe a los visitantes con un cartel luminoso y un aparcamiento con coches clásicos. Y, fiel al estilo norteamericano, el valor sorpresa de este lugar es otra afrenta a los lugares comunes: una pequeña capilla en el jardín para bodas espontáneas, como en Las Vegas.
Por ahora la mirada de The Concept Hotel Group está puesta sobre la semana santa y el verano, donde confían en seguir captando la llegada de turistas de fuera, en especial el Reino Unido donde el ritmo de las vacunaciones va a mayor velocidad que en la Unión Europea. Además, ya están planeando aterrizar en las ciudades del interior con una nueva marca: Mítico. “Queremos romper el mercado urbano”, dice con determinación. La crisis no merma a este singular grupo hotelero. Otro reto a futuro será que, a partir de 2022, se abra una marca por año. Algo que en tiempos en los que los ingresos turísticos caen en picado suena disparatado. Pero no es así en la mente de Calvo.