Saber cuántas personas quieren ir a la playa en verano es lo más parecido a ponerle puertas al campo. Edurne Vidal, Gerente de la Empresa Municipal Palacio de la Magdalena, lo comenta en una conversación en Tourism Innovation Summit (TIS), celebrado hace unos días en Sevilla. Se refiere a que el desarrollo tecnológico les permitió medir la afluencia de visitantes a Santander gracias a un programa que crearon en aproximadamente 15 días.
“De pronto teníamos que ponerle puertas a la playa y lo conseguimos gracias al trabajo previo en digitalización hecho por la ciudad”, explica. Desarrollaron una aplicación y controlaron el aforo. Además, recibieron información de uso de los territorios, los perfiles o las horas en las que transitaban los espacios.
Aun así, esta información “no sustituye, complementa”. “Intuíamos la cifra, pero en julio y agosto descubrimos que había más de 700.000 personas pululando por el destino, de las cuales el INE decía que pernoctaban el 40 % en hoteles. El otro 60 % se quedaba en la ciudad y no sabíamos dónde, quizás en segundas residencias o hacían uso de plataformas alojamiento alternativo”, añade Vidal.
Lo más atractivo para la gerente de la Empresa Municipal Palacio de la Magdalena es analizar esta información y que sirva a los altos mandos para tomar decisiones, ya que, si no se utiliza responsablemente “tiene un doble filo”. Su reflexión la secunda Enrique Martínez, presidente de SEGITTUR. “Los ayuntamientos son mejores que los ordenadores, duran más”, sentencia.
Programados para explorar
La importancia de las conexiones y la necesidad de información sobrevuelan la charla. Leticia Lauffer, directora de Wakalua –una compañía que impulsa la innovación a través de asociaciones público-privadas–, asegura que la labor más importante es para ellos “bajar a la acción y abrir puertas al mercado internacional”.
No obstante, el debate que ocupó más tiempo tuvo que ver con la repercusión que pueden provocar los datos. Para el máximo responsable de SEGITTUR, los aparatos electrónicos no son máquinas de leer el futuro: “Todos somos imprevisibles, no somos robots”. Martínez destaca que la información de operadores distintos da resultados distintos, que se tienen que combinar con otras fuentes.
En esa misma línea, apunta que “lo relevante es la política, no la tecnología”. “Santander no hubiera hecho nada sin Íñigo de la Serna, o sin el carácter de la alcaldesa [Gema Igual]”, añade. El moderador, Diego López, gerente de Marketing de los Servicios para Procesos de Cliente de Telefónica le responde: “Soy tecnólogo y estoy de acuerdo en que la tecnología es un facilitador”. Para ambos, la verdadera diferencia viene de las ideas.
El presidente de SEGITTUR trata de lanzar un mensaje positivo sobre el uso tecnológico. “Mi frase sería una de Borges: en el mundo hay tres historias: chico conoce a chica, hombre llega a ciudad y poco más, ¿no?”. El público le responde con carcajadas. “Hay tantas cosas nuevas y el mismo aliento de siempre, que las personas detectan problemas e inventan soluciones para su vida y su comunidad”, concluye.