¿Es posible medir la felicidad? Para el pueblo de Torreiglesias todo es posible. Esta localidad de Segovia cuenta con todo lo bueno del mundo rural: es proveedora de buenos productos, productos que hacen que la gente se sienta bien. Y también se ha convertido en el pueblo más feliz de España, o eso afirman desde el Congreso Internacional Alcaldes & Innovación, Isavia y la Diputación de Segovia, impulsores del proyecto Territorio Feliz, con el que pretenden cuantificar la felicidad.
Chema San Segundo, impulsor de iniciativas como Brieva, el primer pueblo poético del mundo, y presidente de Alcaldes & Innovación, ha declarado en la presentación de la iniciativa que la misión siempre ha sido la de inspirar, decir a los alcaldes que se pueden hacer cosas grandes en sitios pequeños. “La curva de población de Torreiglesias ha ido descendiendo, pero la cohesión social ha ido creciendo, y eso es un tesoro. Es una fábrica de felicidad natural. Creemos desde hoy que la tarea de los alcaldes va a cambiar: la felicidad es un servicio público. Quizá sea el único que merezca la pena. Lo bueno de trabajar sobre felicidades es que cuando trabajas con ella solo te ocurren cosas buenas”.
Y han puesto como ejemplo a Bután. En los años 70, el rey de Bután decidió implantar la felicidad como medidor y sustituir el Producto Interior Bruto por la Felicidad Interior Bruta. “A nosotros nos miran raro cuando hablamos de esto, pero el concepto de felicidad ha trascendido más allá del mero hecho de estar contentos. De hecho, desde el 2011, la OCDE está midiendo un nuevo sistema para medir el valor de los país. Están redefiniendo la forma de los países para situar el bienestar en el centro gubernamental de los países. Capitales humanos, sociales, económicos, de bienestar. La dirección de la OCDE va en la dirección de que, aunque país no tenga tanto dinero, no signifique que no haya bienestar”, ha explicado Javier Rubio, uno de los responsables del proyecto, procedente de Isavia.
“Es una obligación de futuro para todos los gobiernos porque la felicidad en sí produce riqueza, y se puede medir. Y se puede compartir”, ha asegurado. Para ello, en un primer momento, preguntaron a los habitantes de Torreiglesias qué era la felicidad para ellos. “Nos iban contestando en tarjetas. Con todo eso, les invitamos a hacer un termómetro de la felicidad que nosotros ya habíamos diseñado para medir este concepto tan abstracto, como punto de partida de trabajo”.
Una vez hecho esto, los consultores de Isavia empezaron a generar conversaciones entre los habitantes del pueblo para que valoraran lo que ya se tenía. Todo, por supuesto, relacionado con la gente, el entorno, las costumbres… “Cosas que ya se tienen, lo primero que hay que valorar para ser feliz”, ha subrayado Rubio. Siguiendo el esquema de la OCDE, el siguiente paso fue el de generar un panel de acciones, esto es, qué harían ellos para que el pueblo se beneficiase.
Por último, crearon el Museo de las Generaciones, divididos en cinco grupos, (jóvenes, mayores, etc.). Al final de las jornadas siempre se preguntaba con qué se quedaban, qué era lo más importante. El panel de acciones anterior se iba llenando cada vez más y más, generando felicidad. “Cuando quieres simplificar la medida de la felicidad –ha indicado– preguntéis a quien preguntéis, la manera sencilla que dirán para medirla es llegar a una persona y preguntarle del 1 al 10 cuánto es feliz. Porque no se puede no ser feliz. Es algo que está dentro, que se puede elegir. Pero no se puede no serlo”. Para Rubio, si se superan cuestiones medibles como la educación, la sanidad, pero también el equilibrio trabajo-personal o la satisfacción ante la vida, ya se es feliz.
¿Y por qué Torreiglesias es el pueblo más feliz de España? Mario Pastor, su alcalde, cree que lo ha descubierto: “Tenemos las ventajas de trabajar con una comunidad pequeña y altamente cohesionada. Queremos seguir promoviendo la felicidad. Nuestro pueblo es ahora una fuente de inspiración de otros territorios y otras organizaciones. Y, sobre todo, a ver si con esto podemos intentar que la gente vuelva y resurja un poco el pueblo”.