El consorcio eTransafe ha presentado una plataforma cuyo objetivo es mejorar el proceso de seguridad de los fármacos. Concretamente, “mejorar radicalmente la predictibilidad, viabilidad y confiabilidad de la evaluación de la seguridad durante el proceso de desarrollo de medicamentos”. Se trata de ToxHub, que ha centralizado el acceso a todas estas fuentes y bases de datos toxicológicos y ecotoxicológicos necesarios. Sus beneficios: realizar ensayos más eficaces, reducir los tiempos de las investigaciones y conseguir medicamentos más seguros.
Los representantes españoles del proyecto son el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, la Universidad Pompeu Fabra, GMV, MedBioInformatics, Synapse Research Management Partners y el Barcelona Supercomputing Center. Desde GMV habla Adrián Rodrigo, representante de Soluciones de Negocio de Smart Health de la compañía.
Según él, para lograr alcanzar el objetivo del proyecto, en primer lugar han tenido que organizar y compartir, aplicando técnicas de gobernanza de datos, toda la información disponible de las empresas farmacéuticas. “Se necesitaba generar un volumen suficiente de datos biomédicos para que la tecnología big data y los métodos computacionales pudieran extraer conclusiones de ellos, información que, sin estas tecnologías, no habrían podido procesarse”.
Además, hasta la puesta en marcha del proyecto eTransafe, “las compañías farmacéuticas no habían compartido la información que disponían sobre la toxicidad de miles de compuestos, extraída en ensayos con animales". Cuenta que la mayoría de estos datos permanecían en silos privados.
Asimismo, ahora, con ToxHub, es posible realizar ensayos más eficaces para la evaluación de la seguridad de los fármacos, “reemplazando parte de los estudios con animales por tecnología de análisis retrospectivo, a partir de la evidencia acumulada por la industria farmacéutica”.
Cómo funciona ToxHub
El consorcio eTransafe ha desarrollado también herramientas in silico -vía simulación computacional- para la extracción de datos, la visualización y predicción de la toxicidad potencial. La misma ToxHub reúne bases de datos preclínicas y clínicas en una infraestructura de datos, combinada con herramientas informáticas y de visualización para ver cómo la industria diseña los fármacos -y predecir reacciones adversas-.
"Hasta ahora, los enfoques quimioinformáticos se han basado en gran medida en la predicción computacional de la interacción químico-biológica y las consecuencias posteriores para los resultados adversos de los medicamentos. Sin embargo, todavía se ha integrado poca información toxicológica mecanicista en las estrategias de toxicología computacional”, indica.
Por último, la ambición del proyecto eTransafe ha sido precisamente “ampliar la integración con la quimioinformática, la bioinformática, la toxicología experimental y la seguridad clínica de los medicamentos”.