La segunda parte de la jornada ‘empoWErment 4 STEAM’, una iniciativa dedicada a la innovación y al emprendimiento femenino, ha estado dirigida al sector de la salud –la primera lo estuvo a IA y la tercera a Otras Tecnologías, todas en nuestro especial–. En ella, tres emprendedoras han hablado sobre su iniciativa sanitaria, donde aúnan la tradición –farmacia, química, medicina– con las últimas tecnologías, así como de su situación tras la crisis provocada por el COVID-19.
Esta parte del evento, realizado gracias a la Real Academia de Ingeniería, el proyecto Mujer e Ingeniería y la Dirección General de Igualdad de la Comunidad de Madrid, en colaboración con WA4STEAM, ha sido moderado por Salomé de Cambra, socia cofundadora de WA4STEAM: “El emprendimiento femenino en salud se nutre de todas las tecnologías disponibles, como el blockchain, la realidad virtual, la Inteligencia Artificial… Todas estas tecnologías ayudan para mejorar la salud de las personas”.
Para ella, la tradición sanitaria en estos últimos meses –debido al coronavirus– ha sido “lo más sexy, lo mas trendy, lo más atrayente para los inversores”. Aún así, ha aclarado que la pandemia “nos ha afectado de forma fulminante y ha impactado a todos de algún modo”.
Maite Agüeros, CEO de Innoup Farma
Maite Agüeros es farmacéutica, y siempre ha sido una apasionada de los medicamentos. "Cuando terminé mi carrera me doctoré en nanomedicina y vi la posibilidad de poder aplicar estos conocimientos. De hecho, toda mi carrera investigadora ha estado relacionada en el uso de la nanotecnología".
Agüeros ha explicado qué es el mundo nano. “La comparativa podría ser de una roca al tamaño de la Tierra. Esto, aplicado a la medicina, nos da grandes ventajas. En el año 2006, vi que por qué no se aplicaba de verdad, pasar de los laboratorios a la clínica. En aquel momento, en España, no eran habituales estas aplicaciones y todo pasaba por el emprendimiento”.
Las investigaciones que realizaba todavía estaban lejos de ser adquiridas. Por ello, en el año 2013, creó Innoup Farma. “Desarrollamos medicamentos para enfermedades que no tienen cura o que pueden ser mejorables. Como un tratamiento para el cáncer de mama en el que conseguimos rebajar la toxicidad de la quimioterapia y mejorar su eficacia. Ahora ya estamos en fase clínica de este producto, podemos probarlo con pacientes con cáncer”.
El segundo producto es para alergias alimentarias (“las alergias al cacahuete, por ejemplo, que no tienen tratamiento, son graves y severas, y comprometen la vida de los pacientes”). “Lo que conseguimos es inmunizar al paciente, conseguir que no tengan una reacción adversa grave al ingerirlo. Y estos dos productos están en nuestra plataforma tecnológica”.
Ella también ha tenido que reinventarse tras la crisis. “En un primer momento, nos afectaba directamente la saturación de hospitales, porque necesitábamos UCIS y ralentizó nuestras investigaciones sanitarias, aunque hemos podido retomarlas. Pensábamos que teníamos que aportar, así que hemos buscado debajo de las piedras y nos ha surgido un proyecto colaborativo muy bonito: nos ha financiado el CDTI para generar una respuesta inmunitaria al virus”.
Patricia Alfonso, CSO de Enzymlogic
Patricia Alfonso es CSO y cofundadora de Enzymlogic, una empresa especializada en enzimología e ingeniería de proteínas capaz de proporcionar soluciones innovadoras a la industria farmacéutica y biotecnológica, contribuyendo así al desarrollo de medicamentos más eficaces y seguros que mejoren la calidad de vida de las personas.
“Estamos convencidos de que la ciencia tiene que generar conocimiento básico, una base científica y conseguir generar empleo de calidad con aspectos económicos. Así, con nuestro conocimiento científico hemos desarrollado una tecnología patentada en EEUU y, ya en 2020, en Europa”, ha explicado.
“Perseguimos convertirnos en una empresa sanitaria de referencia para toda aquella compañía que busque el éxito de sus proyectos de descubrimiento de fármacos mediante estrategias de análisis racional. Nuestra razón de ser es el uso de un modelo de descubrimiento y desarrollo de fármacos diferenciador que nos permita potenciar el retorno de la inversión de nuestros clientes y participar en la creación de terapias novedosas”.
Para Patricia Alfonso, es difícil decir que la crisis les ha afectado positivamente. “Pero negativamente no nos ha afectado. La verdad es que estamos en pleno crecimiento, por lo que no sé si nuestra empresa ha ido a mejor de manera natural o por la crisis. Es cierto que hemos mejorado nuestras expectativas y nos han seguido mandando fármacos”.
Mariona Serra, CEO de Goodgut
“Para nosotros, –ha explicado Mariona Serra sobre su compañía, Goodgut– un intestino es un hábitat que, si no tiene equilibrio, tiene una disbiosis, lo que da lugar a alteraciones intestinales. En los tratamientos habituales dan antiinflamatorios, pero siempre nos olvidamos de las bacterias. Así, nosotros hacemos investigación y desarrollo de sistemas no invasivos de apoyo al diagnóstico y tratamiento de enfermedades digestivas". Para realizarlo, se basan en la microbiota intestinal.
Se han especializado en el síndrome de intestino irritable, muy conectado con el estrés, y que forma parte de las diez enfermedades más difíciles de diagnosticar. Para ello, utilizan machine Learning, además de una biopsia intestinal limpia y un segundo estudio clínico de validación de heces también basada en machine Learning. “Se ahorra mucho en comparación con una colonoscopia. Esta se suele hacer tras una validación en la que se ve si es la enfermedad de Crohn o no”.
A ella sí le ha afectado la crisis del coronavirus. Todo lo que tenían planeado, como acceder a médicos u hospitales, tuvo que ser pospuesto al principio de la crisis. “Nos hemos tenido que reinventar, por lo que nuestro producto ha ayudado a la priorización de las colonoscopias, una ventana de oportunidad para compartir el impacto de esta crisis".