La transformación digital, clave esencial para la sanidad del futuro

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El impacto de las nuevas tecnologías en el ámbito sanitario será una realidad tangible y disruptiva en los próximos años. Ésta es una de las principales conclusiones de la jornada 'Hacia un nuevo modelo de sanidad cognitiva', organizada por IBM y la Fundación Ramón Areces. A través de ponencias y mesas redondas, expertos de empresas e instituciones del sector han analizado la importancia y la necesidad de la transformación digital de la sanidad y cómo ésta puede potenciar la investigación y mejorar los tratamientos y la atención del paciente.

Federico Mayor Zaragoza, presidente del Consejo Científico de la Fundación Ramón Areces, ha afirmado que la principal función de la ciencia es "mitigar el sufrimiento humano" y que "estamos en una nueva era" en la que las nuevas tecnologías pueden ayudar en gran medida a hacer avanzar el sistema sanitario. En su opinión, ahora "sabemos lo que pasa, estamos bien informados y podemos expresarnos. Y esto también permite acercar los que diagnostican y los que tratan a los que son tratados".

Mayor Zaragoza ha defendido la necesidad de invertir en el ámbito de la salud ya que "se habla mucho del gasto sanitario cuando no representa nada con respecto a otros gastos". En este contexto, ha afirmado que ahora hay un nuevo concepto de seguridad "que va más allá de la protección de las fronteras" y que exige una mayor apuesta por la ciencia e investigación médica para abordar asuntos como la seguridad alimentaria, el acceso al agua potable o la educación.

Desde IBM, Juan Carlos Sánchez Rosado ha constatado los "enormes" retos que tiene ante sí la sanidad, entre los que están el gasto de salud, que se prevé que crezca más del 5% cada año en el entorno europeo, y un déficit de personal cualificado. Un panorama ante el que, ha dicho, la información aumenta constantemente y "los datos son una fuente de riqueza".

Según ha explicado Sánchez Rosado, "gran cantidad de los resultados del desarrollo de una enfermedad depende de nuestros hábitos de vida", que generan multitud de datos de gran utilidad médica. De hecho, se calcula que "cada uno generamos, a veces lo largo de nuestra vida, 1.100 terabytes de datos" que luego los médicos pueden usar para mejorar la salud y calidad de vida del ciudadano. Por eso, ha incidido, el buen tratamiento de estos datos, gracias a las nuevas tecnologías, es esencial para avanzar hacia la medicina personalizada y de precisión.

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Europa, epicentro de la innovación sanitaria

La jornada también ha contado con Pekka Sivonen, director de Digitalización, Estrategia y Programas de Tekes, organismo público finlandés encargado de la promoción y financiación de la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación. En su intervención, ha defendido que "la sanidad va a cambiar en los próximos 20 años más que en los últimos 200" gracias a las nuevas tecnologías.

Asimismo, considera que España y Finlandia comparten un mismo problema en el ámbito de la salud, ya que la población está envejecida y la esperanza de vida aumenta. Algo que también incrementa el gasto sanitario, hasta tal punto que "si no usamos las capacidades de la tecnología no podremos afrontar esos gastos". En su opinión, de la mano de la inteligencia artificial, la realidad aumentada o el big data, se podrá aumentar la efectividad del sistema sanitario y mejorar la confianza y la experiencia de los pacientes. En este sentido, ha apostado por "aunar fuerzas" para construir una nueva plataforma de economía basada en la sanidad, de tal forma que "los europeos serán los únicos propietarios de sus datos". De hecho, según Sivonen, el camino pasa por “introducir las nuevas tecnologías en la sanidad como lo hacemos en las empresas”.

Se trata, ha matizado, de "repensar toda la cadena y cómo se trata al paciente" bajo una perspectiva holística que tenga la atención personalizada como objetivo final. Una revolución digital en la salud que, ha afirmado, no viene de EEUU sino de Europa. Así ha concluido que la clave está en vencer el miedo a la novedad y tener “voluntad” para implementar el uso de estas tecnologías que, por ejemplo, “podrían disminuir mucho los diagnósticos erróneos” al tener disponibles los médicos todos los datos y elementos necesarios para la toma de decisiones.

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