La digitalización del turismo de las manos de las nuevas tecnologías ha transformado por completo el sector. Se han abierto multitud de oportunidades y la forma de gestionarlo y consumirlo es ahora completamente distinta. Sin embargo, de la mano de esta revolución tecnológica también han surgido nuevas preocupaciones, necesidades… y amenazas. Una combinación que hace imprescindible reforzar la inversión y los esfuerzos en ciberseguridad. Así se ha puesto de manifiesto en la mesa redonda ‘Ciberseguridad: mucho más que hoteles’, organizada por SEGITTUR en el marco de Fitur y, más concretamente, del espacio Fitur Know-How & Export 2018.
Marco Antonio Lozano, especialista de ciberseguridad para pymes del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE), ha explicado que los ciberataques, en forma intrusión o pirateo, están a la orden del día en el sector turístico. Sin embargo, ha alertado de que no todas las empresas conocen exactamente su nivel de riesgo, una situación que afecta principalmente a autónomos, pymes y micropymes y de la que hay que ser conscientes a todos los niveles. En su opinión, la solución “no es tanto el gasto en seguridad, que es necesario pero debe ser proporcional”, sino también una labor de concienciación a todos los niveles el cibercrimen ya que supone el 1% del PIB mundial, o lo que es lo mismo, en torno a 170.000 millones de euros, “más que el narcotráfico o la trata de personas”.
Por su parte Anna Jiménez, Regional Manager de HotelsCombined, ha explicado este fenómeno desde la perspectiva del cliente. A su juicio “hay mucho miedo, sobre todo por parte del usuario, a fraudes” relacionados, por ejemplo, con el sistema de pago. En definitiva, reticencias de los turistas a introducir datos personales sensibles, que demuestran que “hay un aumento de la concienciación”, si bien advierte que “aún estamos lejos” de una situación óptima. Por ello, ha animado a las empresas del sector a apostar por la ciberseguridad porque muchas veces “se ve como un gasto, pero es una inversión rentable a largo plazo”.
En la misma línea se ha manifestado Guillermo Llorente, subdirector general de Seguridad y Medio Ambiente, Mapfre, quien ha destacado cómo el turismo vive un “proceso de digitalización imparable”, con las mejoras y con las amenazas que ello conlleva. Cree que no se puede pensar en un escenario digital exento de amenazas y que hay que “introducir esa derivada” en la gestión turística bajo la filosofía de que “igual que invertimos en seguridad contra incendios, hay que invertir en la seguridad de toda la cadena de valor”. En este sentido, ha defendido la necesidad de impulsar el “sector del ciberseguro” ya que, al igual que ocurrió con los coches, “primero salieron, luego se usaron y después surgieron los seguros”.
La ciberseguridad en el ámbito del turismo hay que verla como en cualquier otro sector, tal y como ha expuesto Luis Jiménez, subdirector general del Centro Criptológico Nacional. “No nos gusta poner apellidos a la ciberseguridad”, una amenaza que “cada vez es más sofisticada” y obliga a “invertir en seguridad tecnológica igual que se invierte en seguridad física”. En cualquier caso, ha considerado que España está “bien posicionado como país ciberseguro o que se toma la ciberseguridad en serio”.
Información e intereses económicos
Luis Jiménez también ha desgranado que las dos razones principales por las que se producen los hackeos son “porque la información es poder y por intereses económicos”. Todo ello, sin olvidar las “pugnas entre estados para tener ventajas competitivas” a la hora de, por ejemplo, alcanzar acuerdos comerciales. Por todo ello ha alertado de que, como además se trata de una herramienta relativamente “barata”, los hackers no dudan en “invertir para que el ataque sea cada vez más complejo” y, por lo tanto, rentable. Todo ello, ha concluido, convierte al cibercrimen es una tendencia en claro auge que puede acabar lastrando la economía de un sector, si bien el turismo español “pasa el examen de la ciberseguridad”.