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Turismo, economía y el espejismo de la recuperación en ‘V’

La iniciativa ‘Salvemos el turismo’ ha contado con Josep Piqué, Antonio Garamendi y Pablo Hernández de Cos, para quienes la reactivación del sector no solo pasa por la vacunación. "Hacen falta reformas profundas"
turismo garamendi
Pablo Hernández de Cos, Antonio Garamendi y Josep Piqué.

“Cuando toda esta pesadilla comenzó había una creencia general de que la crisis sería corta. Pero nos hemos chocado con la realidad”. En su habitual tono moderado y reflexivo, Josep Piqué, exministro del Gobierno de José María Aznar, lamentaba los derroteros que ha tomado la crisis del COVID-19 en España. Aunque entre tanta sombra tiene claro dónde está la luz: “¿Qué hubiese sido de nuestro país si no estuviéramos en la Unión Europa?”, se planteaba el también expresidente de Vueling, consciente de la importancia del papel de los fondos de recuperación para la economía española, dañada especialmente en el sector del turismo.

Piqué participó ayer en un coloquio junto a Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, y Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, bajo la iniciativa ‘Salvemos el turismo’, organizada por el Grupo Hotusa. Los tres coincidieron en que la expectativa de una recuperación en forma de ‘V’ es cada vez más lejana, a pesar de las ayudas europeas, a las cuales Josep Piqué definió como “una oportunidad para invertir en lo que es necesario, no para gastar”.

Al directivo le preocupa la política a corto plazo, y especialmente que la economía “dependa tanto” de la actividad turística. El turismo da trabajo a 350 millones de personas en el mundo. En España supone el 12,8 % del PIB y da empleo a 2,8 millones de personas. “No podemos pensar solo en el turismo de playa como factor clave para salvar el sector. La mirada tiene que ser más amplia”, reivindica Antonio Garamendi.

Además de los hoteles y la hostelería –el canal HORECA cuenta con 300.000 locales a pie de calle en España–, el líder de la patronal destaca la importancia de prestar especial atención al sector aéreo, el transporte de viajero terrestre y las agencias de viajes, entre muchos otros. “Las medidas adoptadas desde el verano han sido insuficientes”, lamenta Garamendi, que propone seguir el ejemplo de países como Alemania (10.000 millones de euros a fondo perdido para el turismo), Francia, Italia o Dinamarca, que a otorgado 1.000 millones al mes a las empresas.

“Nos guste o no, es por donde tenemos que ir. El turismo necesita ayudas directas y realistas”, apunta. Casi todas las previsiones apuntan a que el sector no se recuperará hasta el 2023. Pese al fuerte crecimiento del tercer trimestre (el PIB aumentó un 16,4 %), el gobernador del Banco de España avisa de que la recuperación será “desigual, incompleta e incierta”. Hernández de Cos valora positivamente que el tejido empresarial haya sobrevivido en estos meses, en gran parte debido a medidas como los ERTE y los créditos ICO, pero su visión en torno al turismo es clara: es un sector endeudado que pende de un hilo, especialmente de uno muy concreto. La eficacia, y especialmente la rapidez, de la vacuna y la capacidad de resistencia de las empresas.

Tanto Garamendi como el gobernador no son partidarios de mantener vivas a empresas que generan pérdidas masivas y ambos avisan de que una política fiscal conllevará mayor endeudamiento. “No es el momento de iniciar el proceso de consolidación fiscal ni de sanear las cuentas públicas, pero sí de diseñarlas para los próximos meses”, afirma Hernández de Cos, a lo que el presidente de la CEOE añade: “Las reformas estructurales ya eran necesarias antes de la pandemia, pero las han adelantado cinco años”.

El próximo desafío para el turismo español será la Semana Santa. Los tres ponentes la dan prácticamente por perdida. “No queda más remedio que llegar a acuerdos”, siguen insistiendo, aunque no parece que el clima político sea propicio a ello. “Viendo cómo evoluciona la pandemia, hay un riesgo serio de que perdamos el verano”, alerta Josep Piqué. El Gobierno insiste en que el 70% de la población estará vacunada en verano, una cifra que a día de hoy se mira con escepticismo dada la alta propagación del virus –a día de hoy, España roza los 1.000 contagios por cada 100.000 habitantes–. “No podemos fiarlo todo a la vacuna. Es un paso positivo, pero tenemos que seguir haciendo reformas. España no puede acabar siendo un país subvencionado”, apunta Garamendi.