Por Kevin Adair – Esta entrada fue publicada originalmente en elBlog Energía para el futuro del Banco Interamericano de Desarrollo.
Desde 2005, Fuego del Sol, una empresa de cocinas sostenibles en la República Dominicana y Haití, ha tenido contacto con cientos de iniciativas de desarrollo, todas las cuales comparten nuestro sueño de trabajar para ayudar a las familias de escasos recursos a escapar del ciclo de la pobreza. Al menos el 95% de los esfuerzos de desarrollo que hemos encontrado, han dejado de operar dentro de los dos primeros años. La razón más común para este éxito limitado, en mi opinión, es el deseo de liderar sin la capacidad de escuchar.
En 2005, yo estaba seguro que lo que la República Dominicana yHaití necesitaban más era el acceso al agua potable. Investigué muchos sistemas diferentes de filtración, cloración y UV y estaba listo para introducir varias opciones a las comunidades dominicanas y haitianas. Pero antes de hacer cualquier inversión en tecnologías del agua, visité algunas de las comunidades más pobres de la República Dominicana y pregunté a la gente acerca de los problemas que más necesitaban para mejorar sus vidas. Me sorprendió que ni una persona mencionara el agua potable entre sus principales preocupaciones.
Todo esto pasó antes de la epidemia de cólera en la isla, y yo estaba en el este de la República Dominicana, a menos de una hora de distancia de los principales centros turísticos del Caribe. Elegí esa zona porque nuestro modelo implica traer turistas con conciencia ecológica a los sitios de nuestros proyectos con el fin de compartir nuestro trabajo con el mundo. Incluso tan cerca de la riqueza basada en el turismo, es impactante ver el nivel de pobreza que persiste en algunas de las comunidades dominicanas y haitianas.
Empecé a hablar con la gente allí: ¿qué necesita para que la vida sea más fácil? La respuesta que recibía una y otra vez era sobre combustible para cocinar. El propano y el carbón eran demasiado caros, y muchas familias informaron que gastaron casi un tercio de sus ingresos en combustible para cocinar. La leña también era un desafío, ya que toma tanto tiempo recogerla y requiere a menudo invadir las tierras de los vecinos. Los niños a veces no podían asistir a la escuela cuando necesitaban ir a recoger leña. Con esta información, nuestro plan de desarrollo cambió.
Este proceso llevó al desarrollo del modelo de co-creación de Fuego del Sol. Me asocié con gente de la República Dominicana y Haitíinnovadora para introducir las tecnologías de cocción ecológica en la isla, mientras que empecé simultáneamente a dar la bienvenida a voluntarios turísticos.
A medida que presentamos a la gente entre sí, y las nuevas tecnologías a la isla, seguimos escuchando a los primeros usuarios de nuestras tecnologías con el fin de conocer qué soluciones ofrecen los beneficios más ecológicos, prácticas y financieras. ¿Cuáles estufas son las mejores para cocinar los alimentos tradicionales de la zona? ¿Cuáles tienen el proceso de introducción y adopción más fácil? y ¿cuáles estufas les gustan más a los cocineros? Esta búsqueda ha dado lugar al desarrollo de Biobriquetas no carbonizadas (hechas de papel reciclado, cartón, aserrín y otros residuos agrícolas), y estufas ecológicas que utilizan los Biobriquetas como combustible.
Creemos que el modelo de co-creación es una de las principales razones por las que, diez años después, todavía estamos aquí, seguimos trabajando y todavía escuchamos a la gente mientras tantas otras operaciones han cerrado sus puertas. El concepto puede funcionar para muchos sectores e iniciativas de desarrollo y es escalable y replicable. Comparte sus experiencias con modelos de co-creación aquí.