Indra ha entregado al Ejército de Tierra español el primero de sus simuladores para el vehículo de combate de infantería Pizarro. La idea es que, cuando estén las 56 cabinas que se esperan -una para conductores y otra para jefes de vehículo y tiradores- y los simuladores estén conectados, se constituirá “una de las más amplias y avanzadas redes de entrenamiento táctico conjunto en blindados de Europa y uno de los centros de simulación más punteros del mundo”, aseguran desde Indra.
El primero de estos simuladores, formado a su vez por cuatro simuladores de vehículo, ya ha llegado a Córdoba; durante este mes, irán llegando los siguientes a Zaragoza, Gerona, Badajoz, Madrid, Ceuta y Melilla.
“El simulador del vehículo Pizarro está pensado para desarrollar las capacidades y aptitudes en el entrenamiento táctico y colaborativo”, explica Rafael Junco, director de Simulación de Indra. Además, permite a los soldados preparar "de forma rápida” sus misiones “moviéndose en escenarios complejos en los que tienen que coordinarse con su equipo dentro del vehículo y con otros vehículos de su sección; entrenar cómo tienen que comunicarse y coordinarse; por dónde tienen que moverse o cómo reaccionar ante el enemigo".
Todo ello, asegura, aprovechando las nuevas tecnologías ligadas a la realidad virtual o la gamificación y llevando al máximo las capacidades de comunicación e interoperabilidad de los sistemas”.
Cómo funciona el simulador
Por su parte, Ismael Ayala, jefe de Programa del simulador Pizarro, cuenta que el proyecto surge de la necesidad que tiene el Ejército de Tierra español de disponer de una herramienta que permita a sus operadores de vehículo mejorar la formación. Así, consiste en el desarrollo de siete simuladores de sección que se instalarán en las diferentes bases donde el Ejército español tiene actualmente desplegados los vehículos Pizarro, ya mencionadas.
“Cada simulador de vehículo consta de dos cabinas, una para conducción donde se simula el puesto de conducción. Está subida en una plataforma de movimiento que tiene tres grados de libertad para simular las aceleraciones. La otra cabina sería la cabina de torre, la cual se simulan actualmente dos puestos, el puesto de jefe de tiro y el puesto del tirador, puesto que son los más complejos y los que requieren mayor formación”, especifica Galán.
Y continúa: “En el caso del jefe de vehículo, además de simularse la operativa habitual, es cuando está en interior del vehículo. Cuando se detecta que abre la escotilla, automáticamente se muestra sobre las pantallas exteriores una imagen del escenario sobre el que está desarrollándose el ejercicio”.
Cabe destacar que las cabinas son réplicas del vehículo real, reproducen toda la instrumentación y respetan en todo momento, subraya el jefe de Programa, las medidas de los vehículos reales. También dispone de un puesto de instructor que contiene una serie de herramientas cuya función es la de planificar misiones, monitorizar o supervisar y evaluar cada sesión de trabajo.
Principales características
Galán también indica que, entre las características más destacadas del simulador, está la posibilidad de entrenar las dos configuraciones diferentes de vehículo que existen en la actualidad en el Pizarro.
“Además, el simulador ha sido diseñado para poder trabajar o bien de modo autónomo, entrenando en un único vehículo, o trabajando en modo colaborativo, conectado con otros vehículos dentro de una misma sección e incluso conectar secciones que estén situadas o colocadas en diferentes bases.
De ahí que esté pensado para realizar entrenamiento táctico colaborativo, en el cual, “en un entorno complejo con escenarios complejos”, el operador aprenda a utilizar las comunicaciones, sepa lo que tiene que hacer en cada momento, sepa cómo tiene que defenderse de cualquier ataque enemigo, etcétera.
Por último, Galán destaca la participación de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), del Ministerio de Defensa con el Ejército de Tierra, y de Simumak, que es una empresa “100% Indra, que nos ha permitido ganar agilidad y flexibilidad y reducir los tiempos de desarrollo”.