Dice una creencia de la cosmología indígena colombiana que las personas morimos dos veces: el día que dejamos de respirar y el día que dejan de pronunciar nuestro nombre. La Fundación Saving The Amazon (Salvando la Amazonía) permite sembrar nuestro nombre o el de un ser querido en la Amazonía en Colombia. Con ello, no solo ayudamos a paliar nuestra huella de carbono sino también apoyamos a las comunidades indígenas, las principales guardianas de los bosques. Y todo por medio de una app.
La fundación lleva ocho años sembrando árboles en los bosques de la Amazonía, surgió hace ocho años en el país latinoamericano como un proyecto de responsabilidad social corporativa. Tiene tres pilares básicos: la restauración y conservación de los bosques, la inclusión social y la tecnología.
“Nosotros conservamos territorios para evitar que se generen actividades de deforestación, como es la minería, la agricultura, la tala indiscriminada de árboles, y restauramos ecosistemas a través de la siembra de árboles”, detalla Carol Saavedra Gutiérrez, directora internacional del proyecto.
De acuerdo con Saavedra, este año la fundación creció el doble en siembra de árboles, como el aguacatillo, el cedro o el humarí. Y con ello, avanzó un paso más en el objetivo de compensar la huella humana de carbono. Hasta ahora ha sembrado unos 70.000 árboles en cerca de 60.000 hectáreas.
Adoptar un árbol
Gracias a una app de la plataforma tecnológica Saving Gear, descargable tanto para iOS como en Android, las personas “pueden estar al pendiente del árbol durante 36 meses, el tiempo promedio en que tarda en llegar a su madurez”, detalla Saavedra.
La aplicación permite que cualquier persona en el mundo pueda sembrar uno, saber de qué tipo es, dónde se ubica y, además lleva el nombre de la persona que lo adoptó. En el caso de las empresas, el proceso es el mismo.
“Una vez que nosotros recibimos los recursos les notificamos a las comunidades indígenas para que siembren los árboles y, posteriormente, ellos los marcan”, agrega Saavedra. Luego les toman una foto a cada uno través de la app, con lo cual quedan georreferenciados, y la persona recibe un correo con la foto y el certificado donde aparece toda la información de la siembra.
La principal fuente de ingresos de Saving The Amazon, que está integrada por una veintena de personas, son las empresas, aunque su meta es que cada vez más personas adquieran un árbol. La mayoría de estas empresas son colombianas, apenas este año la fundación comenzó su plan de internacionalización.
El protagonismo de las comunidades indígenas
Uno de los principales retos para la fundación ha sido establecer y fortalecer el vínculo con las comunidades indígenas. “Ellos no quieren que los occidentalicemos. La intención es que ellos mantengan su cultura”, señala. Por ello, su manejo de la app se reduce a tomar la foto del árbol.
Las comunidades indígenas reciben el 50 % de los ingresos y son las que deciden qué árboles sembrar y dónde. La fundación ha trabajado hasta ahora con indígenas del sur y sureste del país, en el departamento de Putumayo, en Caquetá, en Vaupés, así como en la costa pacífica, con comunidades afrodescendientes. También trabajan con comunidades de Brasil.
El proyecto pretende empoderar a las comunidades indígenas de Santa Cruz, Trubón, Timbó o Tayazú, entre otras. “Alternamos siembras forestales con siembras agrícolas para que ellos puedan obtener otro tipo de productos nativos de la región, como el cacao, y que los puedan comercializar”, señala.
Además de ser una fuente de ingresos, el objetivo del proyecto es que puedan conservar sus creencias en torno a la naturaleza, ya que “es gracias a ese vínculo que ellos tienen con la naturaleza que hoy se conservan coberturas vegetales como la Amazonía”, advierte Saavedra.