Investigadores de la Universidad de San Jorge de Zaragoza han desarrollado una nueva metodología que permite conocer la evolución de las temperaturas en los ríos como consecuencia del cambio climático. En concreto, y gracias al trabajo realizado en la Cuenca del Ebro, han podido determinar los cambios de relación entre la temperatura del aire y el agua debidos a la gestión humana. La metodología permite generar diferentes escenarios de gestión y aplicarlos en el desarrollo de proyecciones futuras de temperatura.
Para realizar la investigación, publicada en la revista Science of Total Environment, los científicos han analizado la relación entre las series temporales de temperatura aire/agua de 19 puntos en la Cuenca del Ebro entre 1996 y 2012 utilizando herramientas de análisis de frecuencias. De esta manera, han podido comparar la temperatura real del agua con la obtenida por la metodología habitual, confirmando que este nuevo modelo predecir perfectamente las variaciones derivadas del cambio climático y con mayor eficacia.
Rosa Pino, responsable del proyecto, en el que también han participado Jonatan Val y David Chinarro, ha explicado que esta nueva metodología “desvela la información intrínseca de un fenómeno de una forma holística, con integración completa de la información desplegada en un amplio periodo y a la vez con posibilidad de enfocar el análisis en un momento y banda espectral determinados”.
El desarrollo de los procesos biológicos y muchas de las actividades socioeconómicas vinculadas a la gestión del agua dependen de la temperatura de los ríos, ya que ésta es una propiedad fundamental en los sistemas fluviales. Sin embargo, con el cambio climático, el agua de los ríos se está calentando y eso puede afectar a la gestión de los recursos hídricos, la calidad del agua y los requerimientos de los ecosistemas. Por ello es necesario estudiar y predecir las variaciones en la temperatura del agua de los ríos con las herramientas adecuadas para ello.
Según ha afirmado Pino, “el cambio global está transformando los ecosistemas de agua dulce, principalmente a través de cambios en la dinámica del flujo de la cuenca. Hemos demostrado cómo la combinación del cambio climático y la gestión humana del caudal de los ríos afecta sensiblemente a la dinámica de temperatura del río Ebro”. En este sentido, ha incidido en que la investigación pone en evidencia que, “por ejemplo, una presa no sólo afecta al rio en cuanto a la variación del cauce o la inundación de tierras y asentamientos aledaños, sino en la regulación de la temperatura del agua y en consecuencia en la evolución de las comunidades biológicas de la cuenca”.
Proyecciones futuras
Muchos de los modelos utilizados hasta la fecha para las proyecciones futuras de la modelización de la temperatura están basados en la elevada correlación entre la temperatura del agua y la del aire, utilizando principalmente las temperaturas del aire para predecir la temperatura del agua. Sin embargo, las relaciones de temperatura agua/aire pueden verse alteradas debido a diferentes impactos humanos como vertidos, embalses o usos agrícolas.
Precisamente, ésta es otra de las aportaciones de este nuevo método. “Se trabaja en la dimensión espectral para detectar eventos singulares y correlaciones entre dos fenómenos pertenecientes al conjunto de variables atmosféricas y al conjunto de variables del ecosistema”, ha indicado Pino. De esta forma, puede ser útil para “el pronóstico del impacto futuro y por lo tanto la gestión inteligente de la cuenca”.