Estandarizar la información para que sea compatible con los diferentes sistemas informáticos de cada hospital o centro de salud. Éste es el avance que representa la nueva plataforma de salud electrónica diseñada por un investigador de la Universidad Pública de Navarra (UPNA). Permitiría el intercambio de historiales clínicos entre los diversos hospitales y centros sanitarios y la incorporación, sobre la marcha, de nuevas herramientas.
Precisamente, el último punto es el más innovador y necesario, ya que actualmente los sistemas de información electrónicos de los servicios de salud adquieren de carácter cerrado, que a veces deben sustituirse por otros más modernos cuando no es posible incorporar nuevas funcionalidades. Según ha explicado Aitor Eguzkitza, investigador que ha impulsado esta idea, “los actuales sistemas de historia clínica electrónica serían comparables a los primeros terminales cerrados de telefonía móvil que salieron al mercado, mientras que la propuesta de plataforma de salud electrónica se asemejaría a los smartphones de ahora”.
Siguiendo con este paralelismo, Eguzkitza ha afirmado que “los móviles inteligentes, además de los servicios básicos, pueden incorporar aplicaciones en función de las necesidades concretas de cada usuario. A esto se añade que estas aplicaciones son compatibles con modelos de móviles proporcionados por diferentes fabricantes. Es decir, cada servicio de salud podría personalizar su sistema e incluir parámetros nuevos sin tener que adquirir otro terminal más potente”.
Generalmente, si los médicos necesitan introducir un nuevo campo, deben ponerse en contacto con los servicios informáticos para que lo instalen. Sin embargo, una de las ventajas que conlleva esta plataforma es los propios médicos tendrían la capacidad de gestionar sin intermediarios la información registrada en cada uno de sus procesos clínicos.
Por el momento, la plataforma se ha probado con varios procesos clínicos relacionados con enfermedades oftalmológicas crónicas atendidas en el Servicio Navarro de Salud En el sistema tradicional, las pruebas diagnósticas se concentran en la consulta del oftalmólogo, por lo que la lista de espera depende directamente de la capacidad de trabajo de cada médico especialista. La alternativa que se plantea con la plataforma electrónica es distribuir el trabajo en distintas salas y que enfermeras con formación específica realicen las pruebas diagnósticas por separado. De esta forma, el oftalmólogo evalúa las pruebas remotamente y prioriza el tiempo de consulta para los pacientes con diagnósticos más urgentes. Es decir, se posibilitaría “una redistribución más eficiente de los recursos técnicos y humanos, con la consiguiente mejora de la atención al paciente y la liberación de las listas de espera”.
Herramientas para escenarios concretos
La principal ventaja, ha enfatizado Eguzkitza, reside en que “pequeñas empresas de software médico podrían proponer herramientas para escenarios de salud muy concretos, en lugar de tener que esperar a que una gran empresa incorpore una solución genérica en su próxima versión de su macro-sistema de información clínica”.
Además, si una herramienta tiene éxito, una empresa podría desarrollarla para diferentes plataformas. En este sentido, ha concluido que “tal y como ocurre con las aplicaciones de los móviles, que se pueden utilizar tanto con el sistema Android como con el iOS, en el caso de las plataformas de salud electrónica, al estar basadas en estándares concretos, serían capaces de intercambiar información clínica sin problema”.