Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la empresa DAM han inaugurado una planta experimental en la Estación de Depuración de Aguas Residuales de Rubí-Valldoreix (Barcelona) con el objetivo de que la depuración de aguas residuales genere más energía de la que consume. El proyecto está cofinanciado por la Unión Europea y cuenta con un presupuesto total de más de un millón de euros.
De momento el sistema ya ha funcionado a escala de laboratorio y ahora se pondrá a prueba a gran escala. El fin último del proyecto es rediseñar radicalmente las plantas de tratamiento de aguas residuales para conseguir la producción de energía sin afectar su rendimiento de depuración o, incluso, mejorándolo.
Las depuradoras actuales requieren, como mínimo, un consumo anual de energía de entre 8 y 15 kWh por habitante, lo que implica unas emisiones de gases de efecto invernadero y un coste económico considerables. En concreto, eliminar este coste implicaría un ahorro de entre 500 y 1000 millones de euros al año para los países miembros de la UE. Además, la nueva depuradora utilizará toda la materia orgánica presente en el agua residual para producir biogás, y así obtener calor y electricidad. Por otra parte, el nitrógeno del agua residual se eliminará de manera autótrofa, es decir, sin necesidad de materia orgánica, mediante una nueva tecnología basada en dos etapas biológicas.
Comparado con los actuales sistemas de tratamiento de aguas residuales urbanas, los investigadores prevén reducir un 40% el consumo energético total, un 10% del vertido de compuestos de nitrógeno y un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero. Por otro lado, también buscan aumentar un 50% la producción de biogás.
La puesta en marcha de la planta piloto se espera finalizar en el primer trimestre de 2017. Después, los investigadores esperan obtener los primeros resultados experimentales a finales del año 2017 y la validación definitiva a finales de 2018.