La UCJC desarrolla una plataforma de apoyo para refugiados ucranianos en edad escolar

Sus responsables esperan alcanzar lo 6.000 usuarios en 2023 y extenderse a otros países de la Unión Europea
Niño ucraniano con pinturas
Foto de Freepik.

La Universidad Camilo José Cela (UCJC) ha desarrollado una plataforma educativa interactiva para menores refugiados procedentes de Ucrania con el objetivo de facilitar su adaptación académica y social. Además, pone en valor la educación y la paz como herramientas esenciales e irrenunciables para el adecuado desarrollo integral, equilibrado y humano de cualquier niño o niña.

La plataforma, articulada en base al videojuegos – en español, inglés y ucraniano- se encuentra en fase final de prueba con público objetivo y pretende estar activa en pocas semanas. El objetivo es llegar a 6.000 usuarios activos en junio de 2023 y extenderse a otros países europeos con el apoyo de socios internacionales como ACNUR, Cruz Roja Internacional y otras organizaciones no gubernamentales con quienes colabora la UCJC.

En palabras de Emilio Lora-Tamayo, rector de la Universidad Camilo José Cela, “ante la tragedia humanitaria que Europa y el mundo en su conjunto, afronta por la guerra en Ucrania, nuestra institución ha querido dar de nuevo un paso al frente para intentar ayudar al colectivo más vulnerable que sufre esta situación (las niñas y niños refugiados) a mejorar su adaptación e integración académica, teniendo en cuenta que se enfrentan, ahora, a diferentes retos ante el comienzo del nuevo curso escolar”.

Experiencia en contextos de vulnerabilidad

Según explica a Innovaspain Ignacio Sell, Defensor Universitario y responsable de proyectos de Innovación e Impacto Social en la UCJC, esta plataforma parte de la experiencia en entornos de vulnerabilidad con la que ya cuenta la universidad. “Fuimos la primer universidad española en acoger a jóvenes universitarios procedentes de áreas de conflicto derivadas de guerras o terrorismo; desarrollamos una plataforma de apoyo educativo en el campo de refugiados de Kakuma en Kenia; y El Parlamento Europeo otorgó el Premio Ciudadano Europeo de 2018 a la universidad como reconocimiento por el Proyecto Integra”, destaca.

Para Sell, “resulta vital potenciar la innovación social en un mundo totalmente globalizado en el todos dependemos de la estabilidad de los demás”. Para que la vertiente social no quede fuera de los proyectos y estrategias de innovación, “debería existir una cuota de obligatoriedad y establecer herramientas que permitan que el impacto social  sea financieramente contable. Sería el camino para reconocer, valorar y sobre todo, impulsar el imput social”, añade.

El proyecto para los menores ucranianos, conceptualizado y desarrollado desde un enfoque multidisciplinar, ha contado con el respaldo económico de la Fundación BlackRock, que también ha contribuido con la incorporación de un espacio de educación financiera orientado a facilitar el bienestar financiero de los usuarios y su entorno.

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